Urge un extremo para generar espacios
n Quique Setién soñaba con poder alinear a Ousmane Dembélé cuando fichó por el FC Barcelona. El cántabro sabe lo que pueden aportar los extremos abiertos y más si tienen la habilidad, velocidad y versatilidad del francés. Dembélé es ambidiestro, con lo que puede driblar, centrar y tirar desde las dos bandas. Tiene una velocidad endiablada para correr al espacio y además tiene regate para irse en estático. Y le pega muy fuerte al balón, como ha demostrado en varios goles, como el que le metió al Sevilla en la Supercopa de España que el Barça ganó en Tánger.
En resumen, que Dembélé le ofrecería a Setién las prestaciones de un extremo ‘top’, algo de lo que no dispone ahora el técnico azulgrana en su plantilla si exceptuamos, salvando las distancias, a Ansu Fati. Un futbolista rápido, vertical y con dribbling pero con tendencia a irse hacia dentro. Lo mismo que le sucede a Semedo en el carril derecho, quien acostumbra a finalizar sus subidas no llegando a línea de fondo sino pisando el área.
En cambio, Dembélé puede asegurar la figura del extremo enganchado a la línea de cal al que no se puede dejar un palmo porque si se va y centra sus balones llevan mucho peligro. Y si arrastra a un lateral fuera de la zona central, ya hay un defensa menos por el eje y un pasillo entre él y el central por el que pueden entrar otros compañeros de Ousmane.
Por eso también es vital el francés a nivel táctico, porque su presencia en la banda descongestionaría el eje del ataque y daría más espacios a Messi por esa zona para pasar o rematar. A Dembélé es mejor no ‘flotarle’ y como dribla, el central también debe estar atento a ayudar al lateral si es superado. Y eso equivale a menos atención y más huecos y espacios por el centro. De ahí la fe que le tiene Quique Setién y su interés en poder disfrutar de él en la Champions
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