N Incontestable victoria al sprint del colombiano, llena de simbolismo tras superar el coronavirus n La Vuelta a Burgos vive hoy una incierta etapa de alta montaña, en la primera llegada en alto tras la Covid-19
n Pocos ciclistas tenían más ganas de lograr una victoria rápida en el reinicio de la temporada ciclista en la Vuelta a Burgos que Fernando Gaviria. El colombiano del UAE sufrió en sus propias carnes el azote del coronavirus, siendo uno de los corredores afectados por la Covid19 en el UAE Tour, allá por finales del pasado mes de febrero. Entonces, como muchas otras personas, Gaviria no prestó la atención necesaria al coronavirus ni calculó al principio la pandemia que se estaba gestando, tal como él mismo reconocía. “Pensábamos que era un juego, pero no. A mí me dio (la enfermedad) y pasé algunos días de angustia”, escribía en su Instagram a finales del mes de abril. Ayer, cuatro meses después, el sprinter del UAE no desaprovechaba la primera ocasión que se le presentaba para disputar y lograr la primera victoria en Burgos, la primera tras el desconfinamiento y la cuarta de la temporada tras las tres logradas en la Vuelta a San Juan (Argentina) a principios de año.
El corredor del UAE, escondido en el seno del pelotón a lo largo de toda la etapa, bien protegido por los compañeros que le quedaban, después que tres de ellos fueran aislados antes de que se tomara la salida de la segunda etapa debido a que el pasado sábado estuvieron en contacto con una persona que dio positivo en la Covid19, esperó su momento para aparecer como aquel que dice de la nada e imponer su ley en el soleado final de Villadiego. La victoria fue indiscutible, inapelable, por delante de Arnaud Démare (GroupamaFDJ) y Sam Bennett (Deceuninck).