Mundo Deportivo (Barcelona)

Las claves del fiasco culé de Coutinho

N Se le fichó para hacer de Iniesta pero Valverde no lo veía ahí y le puso más de extremo

- Fernando Polo

intento fallido de trueque en 2019 incluyendo a Umtiti. O Javi Martínez, un medio muy apreciado por el malogrado Tito Vilanova pero que finalmente fue a Múnich desde el Athletic en 2012 por los 40 millones de su cláusula. O Alphonso Davies, sensación de la Bundesliga que cuando estaba en Canadá el Barça lo siguió para llevarlo al filial, pero en 2019 lo firmó el Bayern por 10 millones que hoy parecen calderilla. En menor medida, se habló de Benjamin Pavard y el Barça poco después del Mundial 2018, pero el Bayern lo sacó de Stuttgart por 35 kilos. Algo parecido ocurrió en 2018 con Leon Goretzka, libre desde el Schalke. Mucho más caro salió Lucas Hernández, otro nombre en el mercado culé: fueron 80 millones para el Atlético. Otro que gusta al Barça es Joshua Kimmich, al que siempre se vio como una utopía

Hn El fútbol es tan caprichoso que nunca se sabe quién puede dar la gloria a su equipo. Eso pasó con Choupo-Moting, el menos conocido de la pléyade de cracks que tiene el Paris Saint-Germain de medio campo hacia adelante... En el Bayern de Múnich juega un futbolista que tiene mucho más caché que el camerunés, pero que no apunta a titular contra el Barça, el club del que salió rebotado sólo dos años y medio después de su mediático fichaje. Mediático y caro, el más caro de la dilatada historia del FC Barcelona. Es el caso de Philippe Coutinho (28 años).

El brasileño juega hoy contra su club, porque es propiedad del Barça. Y no apunta a estar en el once inicial, pero no son pocos los culés que no se quieren ni imaginar que en el minuto 80, con 0-0 en el marcador, salta al campo Coutinho y al poco le pitan al Bayern una falta a favor en la frontal del área de Ter Stegen. Yes que el internacio­nal brasileño quizás no sirva para ser titular en el Barcelona ni en el Bayern, pero lo fue en el Liverpool y lo es en la selección ‘canarinha’.

El caso de Coutinho en el Barça tiene sorprendid­os a los rectores directivos y ejecutivos que aún siguen en el club dos años y medio después de su fichaje. El brasileño era un jugador contrastad­o que querían los técnicos para encarar el relevo de Andrés Iniesta, empezando por el entonces secretario técnico, Robert Fernández. Nada más atisbarse que Neymar iba a pegar la ‘espantada’ en el verano de 2017, Robert se fue a Liverpool para intentar fichar a Coutinho porque, en su opinión, era el mejor futbolista para sustituir en un año al genio de Fuentealbi­lla, que ya había insinuado que la temporada 2017-18 podía ser la última como azulgrana, como acabó siendo.

La opinión de Robert fue fuertement­e apoyada por varios ‘pesos pesados’ de la plantilla, empezando por un Luis Suárez que había sido su compañero en el Liverpool la temporada anterior a la de su fichaje por el Barça, la 2013-14. Además, en el equipo se empezaba a vislumbrar que haría falta mucha calidad para paliar la marcha de Iniesta, una de las claves del mejor Barça de la historia. En el verano de 2017, pese a intentarlo, el club azulgrana no logró convencer al Liverpool de que le vendiese a Coutinho. Pero tal fue la presión de la entidad barcelonis­ta y la generosa oferta que hizo en enero de 2018 (120 millones fijos más otros 40 en diferentes variables) que al final se llevó el gato al agua. En su primer medio año como culé, Coutinho firmó 10 goles y 6 asistencia­s en 22 partidos a las órdenes de Ernesto Valverde.

Sin embargo, en su segunda campaña como azulgrana

(2018-19), ya desde el inicio, las cosas se torcieron. Cree él y también Robert, su valedor, que influyó mucho que Valverde se decidiese por ponerle más de extremo que de interior. Es decir, más de Neymar que de Iniesta, también en parte porque Dembélé, llamado a sustituir al brasileño como extremo, no tenía continuida­d por culpa de las lesiones. En la media, jugadores como Arthur, Vidal y Rakitic le cerraron el paso y Cou empezó a agobiarse cuando ya ni jugaba de delantero porque Dembélé, si estaba sano, pasaba por delante suyo. En un partido contra el United de cuartos de la Champions, Coutinho marcó un golazo y se tapó los oídos para mostrar su disconform­idad con los pocos que le pitaban. Su desahogo se le giró en contra porque al siguiente partido de Liga, en el Camp Nou, cuando salió de suplente ya recibió una sonora pitada que incluso obligó a Valverde y al capitán Messi a pedir apoyo para el brasileño. Ante el Espanyol volvió a escuchar pitos, lo que llevó al presidente Bartomeu y al vicepresid­ente deportivo Mestre a ir al vestuario a animarle, como se vio en el documental ‘Matchday’. “Te pita una minoría. La mayoría de gente te aplaude, te aplaude”, le dijo Bartomeu, que le explicó su versión de los silbidos que escuchaba en el Camp Nou: “Son cuatro los que te silban. A ti, a él (en referencia a Mestre) y a mí. Olvídate, de verdad”. Pero en ese momento el presidente ya supo que el brasileño estaba hundido y además, según le llegaba del vestuario, no se le veía con fuerzas de remontar el vuelo.

Acabó la temporada y Cou se fue a jugar la Copa América con Brasil, con el que fue campeón, mientras barruntaba si salía o no del Barça. Pero a su regreso, en la presentaci­ón previa al Gamper, volvieron a pitarle. Y el brasileño decidió que lo mejor era irse. La llegada de De Jong tampoco le facilitaba las cosas. En el Barça dejó un total de 75 partidos en los que marcó 21 goles (13 en Liga, cinco en Copa y tres en la Champions) y dio 11 asistencia­s.

El Bayern, deseoso de hacerse con un crack para paliar las salidas de Robben y Ribery, pidió su cesión al Barça tras convencer Rummenigge al jugador llevándole a Barcelona una camiseta del club bávaro con el ‘10’ a la espalda y su nombre estampado. El Bayern pagó por su cesión 8,5 millones y su ficha, pero ahora no ha ejercido la opción de compra no obligatori­a por 120 millones que le hizo firmar el FC Barcelona. El club azulgrana aceptaría venderlo por entre 80 y 90 millones. Si no llega ninguna oferta de ese calibre, el objetivo es cederle de nuevo para ahorrarse la ficha. El Arsenal le

quiere

Fue decisivo para su fichaje el gran interés de Robert y de ‘pesos pesados' como Suárez

En el Barça no le ven con mentalidad para asumir la presión de un club tan grande

No jugar de interior le desmoraliz­ó y tras oír pitos tuvo un gesto a la grada; fue su cruz

En el Gamper 2019, tras ganar la Copa América, le volvieron a pitar y decidió irse

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FOTO: GETTY Arturo Vidal, ex del Bayern

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