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Por sorpresa, buscando quizás que se convierta en lo que fue Pep Guardiola como entrenador para el Barcelona o Zinedine Zidane para el Real Madrid, la Juventus ha elegido a un símbolo, Andrea Pirlo, para relevar a Maurizio Sarri. El ‘metrónomo' del fútbol se encargará a partir de ahora de marcar el ritmo del juego de la ‘vecchia signora' no desde el césped sino desde el banquillo.
Las lágrimas de Pirlo en el Olímpico de Berlín el 6 de junio de 2015, tras perder contra la Juventus la final de la Champions contra el Barcelona (1-3), marcaron la despedida del entonces centrocampista al equipo turinés antes de fichar por el New York City FC.
Ese sueño de nuevo roto de la Juventus, ganar la tercera Champions de su historia (tras las de 1985 y 1996), supuso el final de la etapa de Pirlo como jugador de la ‘vecchia signora', a la que llegó tras dejar el Milan en 2011. Y ese final es también un inicio. La eliminación de la Juve en octavos de la presente Champions contra el Lyon puso fin a la breve etapa de Sarri y, sin experiencia en los banquillos, le llegó la hora a Andrea Pirlo con el desafío no sólo de conquistar el décimo ‘scudetto' seguido sino de acabar con el maleficio y convertir por fin a la Juve por tercera vez en campeona de Europa.
De compañero a entrenador
Pirlo, de 41 años, se retiró como jugador en octubre de 2017. Ahora vuelve para los pesos pesados del vestuario de la Juve como
‘uno de los nuestros'. No en vano el que con tanta maestría ejerció de director del juego de la ‘vecchia signora' fue compañero de Leo