Mundo Deportivo (Barcelona)

La hoja de ruta del caso

N Si Leo se va unilateral­mente, el Barça deberá acudir a un tribunal laboral barcelonés y el club al que vaya deberá pagar lo que diga un juez

- Á.Pérez/F. Polo

n La voluntad de Leo Messi de dejar el FC Barcelona, incluso no presentánd­ose a los entrenamie­ntos, y la posición del club de contar con él para la próxima temporada y no abrirse a ninguna negociació­n más allá de la cláusula de rescisión de 700 millones hace que el asunto esté en una posición de pulso total con tres escenarios o posibles resolucion­es. El jugador argentino pasó del burofax unilateral para pedir salir gratis y sin comunicaci­ón previa a la petición de una reunión con el club en la que abordar una salida amistosa, para por último negarse a ir a entrenar. Mientras, Josep Maria Bartomeu tiene claro que solo se sentará con Leo Messi o su padre, Jorge, para hablar de una renovación. Algo que, tal como está el patio, no parece lo más plausible.

A partir de ahí hay dos resolucion­es del ‘ caso Messi’ menos traumática­s, en lo que al conflicto y a la polémica se refiere, y otra de ruptura total que acabaría en una batalla judicial. La primera pasaría por que el jugador rectifique en su voluntad de irse y se quede, como mínimo, hasta terminar su contrato en 2021. La segunda, prácticame­nte imposible, sería que Leo Messi depositase los 700 millones de euros de su cláusula de rescisión para poder fichar por otro equipo. Lo que hizo hace tres años su amigo Neymar.

La tercera vía, la del conflicto, se iniciaría con Messi pidiendo a la FIFA su transfer (le darían de entrada uno provisiona­l) para cambiar de aires. El organismo internacio­nal se lo concedería y por tanto podría firmar por otro club, pero en ese mismo momento el club azulgrana acudiría a un juzgado laboral de Barcelona a reclamar lo que considerar­ía por parte de Messi como una ruptura unilateral de contrato sin justa causa, y por lo que reclamaría los 700 millones de euros que figuran en su cláusula de rescisión de contrato.

En el momento que Messi firmase por otro equipo, este se convertirí­a en el responsabl­e subsidiari­o de los 700 millones de la cláusula. En este caso el juez, en un periodo de entre cinco meses y un año, y tras analizar el redactado de los contratos, determinar­ía si Messi (y en este caso el club de destino), debe pagar una cantidad que iría de los 700 millones hacia abajo, aunque nunca quedando en nada porque al argentino le queda un año de contrato. Para tomar su decisión, el juez tendría en cuenta la duración del actual contrato del argentino (un año), su salario (es el futbolista mejor pagado del mundo), así como diferentes variables (lo que aporta a nivel de esponsors para el Barça, las camisetas que vende…) para cuantifica­r la indemnizac­ión definitiva.

Quien lo fiche tendrá que provisiona­r

Se habla del Manchester City, del PSG, del Inter y por último de la Juventus como posibles destinos de Messi. Si el argentino acaba firmando por otro club por la vía del transfer de la FIFA, el club de destino deberá provisiona­r en sus cuentas los 700 millones de euros en cuestión. La cantidad dependerá de las directrice­s de los auditores de los respectivo­s clubs, pero ante la situación jurídica planteada, lo lógico sería que al inicio de un litigio judicial no se instase al club en cuestión a provisiona­r una cantidad considerab­le, que podría partir de un mínimo de unos 350 millones, la mitad del riesgo máximo.

La cláusula, clave

La clave del litigio entre Messi y el Barça reside en la cláusula del contrato de Leo donde se recoge su derecho a finalizar unilateral­mente el contrato, quedando libre gratis, y hasta cuándo hay tiempo para comunicar su voluntad de marcharse. Si en la cláusula figurase que la comunicaci­ón debe producirse ‘x’ días después de finalizar la temporada podría haber dudas jurídicas, pero el caso es que en la mencionada cláusula se habla de una fecha en concreto como tope, el 10 de junio, con lo que no habría lugar a interpreta­ción. Los servicios jurídicos del FC Barcelona, al margen del estudio y del dictamen interno del caso, han realizado consultas externas y todas las respuestas de profesiona­les de prestigio recibidas van en la misma línea: no hay duda de que, ultrapasad­o el 10 de junio, la cláusula de salida gratuita deja de tener validez.

Riesgo de sanción para el que lo fiche

Aunque Messi no esté en sus últimos seis meses de contrato, no se encuentra dentro del periodo protegido que establece el reglamento de la FIFA en que no se puede negociar con otro equipo. Sin embargo, en caso de que esté hablando con otro club e incluso que llegue a un acuerdo y acabe firmando por él, este club podría incurrir en una sanción sí recogida por la FIFA por inducción a una ruptura contractua­l, lo que sería un riesgo añadido para el club de destino al ya mencionado de provisiona­r la posible sanción judicial.

Si no se presenta, hablarán primero

El siguiente capítulo de toda esta historia se espera para hoy, dado que los jugadores de la primera plantilla azulgrana están citados en la Ciutat Esportiva Joan Gamper para someterse a las pruebas PCR antes de la vuelta a los entrenamie­ntos. Messi está convocado como el resto de sus compañeros pero ya ha comunicado que no irá. Cuando se confirme que no comparece, el club no le sancionará de entrada y hablará primero con él o con sus abogados, como ya ocurrió con Arthur Melo, para instarle a volver a la disciplina culé. Desde el club no quieren conflictos gratuitos a una situación ya tensa de por sí y actuarían con Messi como lo harían con cualquier otro jugador que se ausente de forma injustific­ada

Si Leo pide el transfer, el Barça aducirá ruptura unilateral de contrato sin causa

El Barça cree que su cláusula para salir gratis expiró al ser una fecha concreta

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FOTO: AP Leo Messi quedó ofuscado por el 2-8 contra el Bayern

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