Una final reivindicativa
Los comentaristas de Gol denunciaron las deficiencias que sufre el fútbol femenino
El domingo, la final de la UEFA Women’s Champions League entre el Wolfsburgo y el Olympique de Lyon se emitía en España a través de Gol. La narración corría a cargo de Ivan Fanlo. La comentarista era la jugadora y cuatro veces máxima goleadora de la liga Sonia Bermúdez, que el pasado mes de mayo anunció su retirada. Su vinculación tan reciente con el fútbol facilitó que pudiera aplicar su propia experiencia a la hora de analizar situaciones que se producían en el campo.
Por ejemplo, pudo explicar cómo imponen determinadas rivales durante un partido o se anticipó con acierto a algunos cambios de jugadoras. Intervino de forma concisa, precisa y oportuna durante la narración, aportando informaciones muy útiles al espectador, aunque quizá mantuvo un tono un poco apagado que restó algo de intensidad televisiva a la retransmisión. Ivan Fanlo aportó contexto a la final y supo aprovechar la experticia de su compañera para darle juego en aspectos relevantes. A lo largo de la narración, Fanlo mostró cierta tendencia al uso de diminutivos: hubo mucho “poquito”, las jugadoras tuvieron algún “sustito”, una de ellas tenía una “espinita” clavada, varios pases eran “cortitos”, le daban con la “puntita” de la bota, el juego adquirió “chispita”, el balón caía “cerquita”, un chut fue de “rosquita” y, después del partido, en el reparto de trofeos, no hubo “besitos”.
Detalles al margen, Fanlo y Bermúdez formaron además un buen tándem reivindicativo. Lamentaron y reiteraron su descontento con el hecho que la Women’s Champions League no disponga de VAR más que para la final. Fanlo, aprovechó para recordar los méritos del Barça para haber podido llegar a esta final si no hubiese sido por la ausencia del VAR. Sonia Bermúdez protestó también por el hecho que en España todavía no hubiera fecha para empezar la nueva temporada de la Liga Iberdrola, a diferencia de otros países. Dos demandas muy concretas que delatan como el futbol femenino sigue minimizado por las instituciones que lo gobiernan. Son los culpables que en el fútbol femenino, como diría Fanlo, las cosas vayan muy ‘despacito’
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