Koeman-Messi: Rayos X en los ojos
El saludo entre ambos acabó dilatado, descontextualizado y exagerado
La imagen que recogían casi todos los espacios deportivos este jueves era el choque de manos entre Koeman y Messi en el momento del cambio del jugador en el partido ante el Girona. Sin duda, era la instantánea de la jornada futbolística. Pero era llamativa la manera como en la televisión dilataron ese breve instante. En Jugones reproducían ese momento con música de acción trepidante. Pedrerol le daba paso advirtiendo al espectador: “Hubo saludo, sí. Pero ni una sonrisa ni un gesto de complicidad”. Y daba paso a un bucle de repeticiones. La imagen en movimiento la repitieron hasta ocho veces, combinada con un repertorio de cinco fotos fijas más de ese instante. La locución del vídeo iba relatando la escena: “Durante el momento del saludo sus miradas se dirigen hacia el frente”. Y dibujaban unas flechas encima de la foto marcando la dirección de las miradas de ambos protagonistas. Destacaban también que Koeman estaba inmóvil. Sin duda. Especialmente en la foto fija. En Deportes Cuatro, Ricardo Reyes se preguntaba antes de mostrarla: “¿Se miraron?” y repetían tres veces la secuencia en movimiento y reproducían varias instantáneas fijas y ampliabanel momentocon un zoom,añadiendoun énfasis emocional a la imagen. Ponían un círculo sobre la mano de Messi y también dibujaron dos flechas para señalar la dirección de la mirada de ambos, como si entrenador y delantero tuvieran rayos-X en los ojos y se enfrentaran a una batalla con sus pupilas. La noticia destacaba los tuits en redes sociales de gente anónima comentando la frialdad del instante. Señalaban que Koeman no había sacado la mano del bolsillo y lamentaban que la secuencia solo había durado tres segundos y que no hubiera más gestos que un breve apretón de manos. La información acababa sacando una conclusión determinante: el saludo describía “la incertidumbre que rodea el Barça”.
La televisión dilata hasta tal punto los instantes fugaces, los congela, los sobreanaliza, los descontextualiza, los amplifica, los interpreta según una idea preconcebida y saca conclusiones inapelables. La frase de que una imagen vale más que mil palabras ha pasado a la historia. Ahora, mil palabras se usan para negar una imagen
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