Se tendrían que haber suspendido antes
Esto sigue imparable. Los diarios, televisiones, radios, programas de todo tipo... todos siguen dándole vueltas al Covid, a la nueva cepa y a todo lo que hay que hacer o no hacer para evitar su incidencia, ya muy grande en nuestra vida. Os vengo avisando hace semanas y en esta insisto: es más importante nuestra salud que cualquier otra causa, actividad o faena que tengáis que hacer. Por lo tanto, mucha cautela y suerte, que también forma parte de esta situación.
Con todo ello estamos viviendo tiempos difíciles y eso afecta a la actividad diaria de nuestro Barça. Hace meses que el mejor club del mundo, y también el que tiene un planteamiento democrático más evidente, está sufriendo avatares de diversas índoles. Final de una época deportiva, fichajes de alto coste y escaso rendimiento, pasar de victorias continuadas a pérdidas contumaces y la llegada del Covid que aleja a la gente del Estadi y entramos en una situación económica muy delicada... Se convocan elecciones para el mes de marzo por el propio presidente Bartomeu y de golpe aparece una moción de censura que lo cambia todo, provoca la dimisión del entonces presidente, entra una gestora en circunstancias urgentes y económicamente duras y entramos en zona de campaña electoral en medio de las fiestas navideñas. Es como la tormenta perfecta. Todo se junta para que todo se tambalee y entre la zozobra en el ámbito azulgrana. En este vendaval, el equipo dirigido por Koeman va atravesando el océano con resultados diversos pero con la esperanza que siempre provoca la llegada de nuevos jugadores. En este caso, jóvenes, que es una de las características que tiene el fútbol holandés. En este ámbito nadie se asusta por alinear a chicos con más o menos experiencia y si además la necesidad aprieta y lo exige, con mayor razón. Cuando ya se había desarrollado la primera fase de esta línea electoral y con candidatos definidos, resulta que el azote de la pandemia impide ir a las urnas. En realidad, el proceso, yo que lo he vivido, tendría que haberse suspendido antes porque no tiene ninguna lógica que se estén viviendo unas estrictas normas en cuanto a restringir los contactos personales y que se permita la búsqueda de la firma del socio que comporta, una a una, un contacto personal por aquello de yo te entrego la papeleta, tú la firmas, tú me das el carnet de identidad, yo te hago la fotocopia... una actividad que no era de máxima urgencia y que se permitió de forma impune. Ya pasó.
Ahora estamos en este final de proceso que espero termine bien y que me ha dado el toque de atención de que una entidad del nivel Barça tiene que poner al día sus estatutos porque en este siglo de la tecnología no podemos seguir persiguiendo al socio uno a uno, casa a casa. También un tema a establecer en el futuro es el control de las diferentes precandidaturas electorales tanto en el aspecto de propuestas como del dispendio que cada grupo realiza para anunciar su programa y sus objetivos. En definitiva, al Barça, en este aspecto, hay que actualizarlo ya y solo espero que el próximo marzo tengamos nuevo presidente y que se reinicie una era de éxitos deportivos y de pausa económica que ahora es imprescindible obtener y difícil por las circunstancias en que vive todo el mundo en sus diferentes facetas económicas y laborales. Espero que así sea
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