Mundo Deportivo (Barcelona)

Extraños sobre el tapete de Cornellà

Los jugadores del Barça superaron el primer escollo copero en condicione­s que hace años tenían olvidadas

- Joan Poquí

n Para los futbolista­s del Barça, jugar en el Nou Municipal de Cornellà fue como un regreso a los orígenes. A los campos en los que todos en su día llamaron la atención de ojeadores de equipos grandes. Y algunos no hace tanto tiempo. Campos de césped sintético que hicieron que Koeman comentase en la previa que “eso no es fútbol”. Tal vez al entrenador del Barça cabría preguntarl­e cómo era, en su etapa

Cornellà no fue Alcoi para un Barça en el que Araujo se sintió como en casa

de miembro del ‘Dream Team’, ir a jugar a Las Gaunas, por ejemplo. Pero, realmente, el Barça comenzó sucamino copero en un campo que, si el Cornellà ascendiese, no podría utilizar en Segunda A, porque no reúne las condicione­s. Bueno: es la Copa, un torneo distinto. Y, en cualquier caso, el tapete de Cornellà no fue Alcoi.

Que Araujo fuese uno de los destacados de la noche (pese a alguna pérdida de balón peligrosa) no es novedad. El central uruguayo ya está rindiendo a un gran nivel desde que se ha convertido en asiduo de las alineacion­es por la lesión de Piqué. Y por el estado de semi-retirada de Umtiti, claro. Además, esta vez otro factor contribuyó a acrecentar la importanci­a de Araujo: era de los jugadores más familiariz­ados con el escenario. Como Pedri, que hace dos temporadas jugaba en el juvenil del Las Palmas. Y hace tres, en el Juventud Laguna, en campos parecidos al del Cornellà. Tal vez peores. Y jugó como si tal cosa una prórroga vital para su equipo. Convertido, junto a Araujo, en el mejor.

Araujo sí había jugado aquí. Lo hizo en el campo del Cornellà en la segunda vuelta de la Liga 2018-19, en Segunda B (2-2). También Riqui Puig. Y ambos volvieron a enfrentars­e al Cornellà en el Estadi Johan Cruyff la pasada temporada (3-3). Nohubopart­ido de segundavue­lta.

Los precedente­s

Sí lo ha habido esta temporada para el filial en el Nou Municipal de Cornellà. Y jugó Ilaix Moriba, que también se sintió a gusto en un escenario que para casi todos sus compañeros podía ser como jugar en Marte. No sólo por el césped artificial: ausencia de gradas en los goles y en la grada lateral; balones despejados que se iban a la calle (o al campo del Espanyol); rayas azules correspond­ientes a dos campos de fútbol-siete para el fútbol formativo; falta de espacio para tomar carrerilla en córners; el bar de los frankfurts, ahí mismo; y, sobre todo, las dimensione­s: el terreno de juego era cinco metros más corto que el Camp Nou y tres más estrecho: 100 x 65 contra 105 x 68.

Todos los jugadores del Barça han comenzado en campos así. Cuanto menos, parecidos; algunos, incluso de tierra. Pero ya hace años. Para algunos tal vez no tanto, pero cuando se cambia el bar de los frankfurts por los campos de elite, los inicios incómodos quedan muy atrás, con la excepción de Araujo, Mingueza, Ilaix, Konrad o Pedri

HTercera prórroga El Barça sumó el desgaste de los dos prórrogas que jugó la pasada semana en la Supercopa. Un esfuerzo extra

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El central uruguayo fue de los más destacados, si no el mejor, en un escenario extraño para casi todos sus compañeros
FOTO: AP Araujo, de los más destacados en Cornellà El central uruguayo fue de los más destacados, si no el mejor, en un escenario extraño para casi todos sus compañeros
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