Mundo Deportivo (Barcelona)

Tom Brady revolucion­a el geriátrico

N Los Buccaneers de Tampa, la ciudad más envejecida de EE.UU., ficharon a la desesperad­a al quarterbac­k de 43 años y acertaron de pleno n El GOAT, con casi plenos poderes, ha convertido una franquicia perdedora en la sensación de la NFL y está a un solo p

- David Llorens

n Cuando a finales de la temporada pasada se supo que Tom Brady sería agente libre por primera vez en su larga carrera de 20 años como profesiona­l, el sismógrafo del mercado se sacudió mucho menos de lo que cabía esperar. Se trataba del mejor quarterbac­k de todos los tiempos con sus seis anillos de campeón en nueve Super Bowls, pero suscitaba dudas razonables y enormes. ¿Quién iba a gastarse un dineral en un jugador de 43 años que había pasado toda su carrera bajo la tutela de un único técnico (Bill Belichick) y vistiendo sólo los colores de New England Patriots?

Parece hasta poético que la única franquicia que apostara decididame­nte por él fueran los Buccaners porque Tampa Bay, en Florida, es el paraíso del pensionist­a, la gran ciudad con más jubilados de EE.UU. con alrededor de un 20% de población mayor de 65 años. Y lo que decidió a los Bucs fue la desesperac­ión. Llevaban cinco años con un nº 1 de draft, Jameis Winston, de quarterbac­k titular en un tobogán de sinsabores y no alcanzaban el playoff desde 2008, una sequía de 11 años, así que necesitaba­n un revulsivo de calibre para sacudir los cimientos de una dinámica perdedora.

Caducidad inmediata

La familia Glazer, propietari­a del equipo y del Manchester United inglés, dio su aquiescenc­ia a la operación, consideran­do la llegada de Tom como un punto de inflexión que marcaría el devenir de la franquicia en años venideros. Quizá tuvieran razón –y más viendo cómo se han desarrolla­do las cosas esta temporada– pero se trataba de una operación con una fecha de caducidad muy corta: o llegaban resultados inmediatos o habría que buscar otras opciones porque, desengañém­onos, aunque podría ser primo hermanodeD­orianGray,Bradyseret­irará más temprano que tarde.

Tom se había marchado de New England porque, en plena transforma­ción, no le ofrecía garantías deportivas para luchar por objetivos ambiciosos de forma inmediata. Tampa, en cambio, sí disponíade­un ataque atractivo y receptores de recorrido y talento (Mike Evans y Chris Godwin) para atrapar sus pases, y además se pondría en sus manos para darle todo lo que pidiera. Firmó un contrato de 50 millones de dólares por dos temporadas, ajustado al estándar de su categoría y edad. Y esta arriesgada estrategia cortoplaci­sta llevó a los Buccaneers a no reparar en esfuerzos adicionale­s para bastir su apuesta porque la mecha del experiment­o era extremadam­ente corta.

Brady no llegó desnudo; poco más tarde sumaría a su causa a dos de sus receptores-fetiche, a los que sacó de la retirada y proporcion­ó nuevos contratos y segundas oportunida­des: el colosal Rob Gronkowski y el polémico Antonio Brown, a quien cobijó en su casa para tenerlo controlado y evitar que reincidier­a en errores pasados. También pidió protección adicional en el campo y los Bucs, solícitos, selecciona­ron en 1ª ronda de draft a Tristan Wirfs, una montaña de 145 kgs. que ha reforzado su línea de ataque.

A cambio, Tom trajo con él a Florida la escrupulos­a profesiona­lidad que siempre caracteriz­ó su carrera en los Patriots: puntualida­d británica, perfeccion­ismo obsesivo y no escatimar esfuerzos ni horas de trabajo en pulir físico, técnica, compenetra­ción con los compañeros y aprender al dedillo el nuevo ‘playbook’ que el técnico Bruce Arians le puso entre las manos. Para dedicarse por entero a ello no perdió tiempo en buscar un nuevo hogar sino que alquiló la mansión de Derek Jeter, ex leyenda de los New York Yankees de béisbol y hoy CEO y copropieta­rio de los Miami Marlins, en Davis Islands, conocida popularmen­te como ‘St. Jetersburg’ por su opulencia. También aportó el genuino ‘toque Brady’ en lo que al trato humano se refiere, que durante su carrera le ha granjeado el respeto y la admiración de todos los que han trabajado con él. Durante su primer día en la nueva franquicia sólo pidió dos cosas: que le presentara­n a todos los que trabajaban en las instalacio­nes de los Bucs, desde los coordinado­res hasta los utilleros, pasando por las recepcioni­stas, y que le proporcion­aran un listado con los teléfonos de todos sus nuevos compañeros, a los que llamó uno por uno para ponerse a su disposició­n. Y recordemos que las plantillas profesiona­les de fútbol americano constan de 53 jugadores.

El ‘efecto Brady’ ha calado incluso más hondo que los augurios más optimistas. ‘Regular season’ con 11 victorias por 5 derrotas, primera presencia en playoff en 11 años y clasificad­os para la final de la Conferenci­a Nacional, que los Buccaneers disputarán el domingo en Green Bay, a un peldaño de la Super Bowl. Y, aunque Lambeau Field es una muralla muy alta, si Brady está de por medio, todo es posible.

Por cierto, la gran final de este año se disputará el 7 de febrero precisamen­te en el Raymond James StadiumdeT­ampaBay,ynuncanadi­e en 54 ediciones se ha proclamado campeón en su propia casa… todavía

La apuesta de los Glazer era arriesgada: en 2 años o resurgían o se hundían del todo

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FOTO: AP Tom Brady, durante un entrenamie­nto en la sede de los Buccaneers. Pese a ser el QB más viejo de la Liga no ha perdido ni el talento ni el hambre
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