La revolución llega desde el banquillo
Leo marcó a los dos minutos de entrar y fabricó el segundo a los 11 y Francisco tardó 30 en celebrar su primero
n La alineación de Ronald Koeman ante el Betis priorizaba el título de la Copa del Rey sobre el de LaLiga. Dejaba en el amplio banquillo de la grada a De Jong, a Pedri y, la gran sorpresa, a Messi. No era por cansancio, después de quedarse sin jugar ante el Cornellà y el Elche por su sanción en la Supercopa de España. Unos asientos más alejado, Francisco Trincao asumía con la naturalidad y resignación otra titularidad perdida en Liga. Y entre ellos dos, dos suplentes en la grada del Benito Villamarín, se gestó la revolución y una nueva remontada.
Nadie, ni el más afamado pitoniso, fue capaz de intuir la suplencia de Leo (33 años), y más con la obligación de ganar. En toda la Liga, sólo se había quedado en el banquillo precisamente ante el Betis, en el Camp Nou el 7 de noviembre, y cuando salió al inicio de la segunda parte la lió con dos goles. Caprichoso, el fútbol quiso repetir la historia de entonces. Esta vez, le bastaron 34 minutos. A los dos, logró el 1-1 con un disparo seco en el interior del área, a pase de Dembélé, que se coló por el palo corto del portero bético, Joel Robles. Había saltado al campo en el 56 y en el 59 ya había revolucionado el estado de ánimo culé. Después, barruntó el 1-2 que daba la primera vuelta al marcador. Tardó 11. Lo curioso es que Messi es el segundo máximo goleador de la historia de LaLiga ¡saliendo de suplente! con 27 tantos, uno menos que Julio Salinas y los mismos que De Paula.
El Betis hace tiempo que está en su lista de equipos favoritos. Le ha endosado 26 goles en 24 partidos. Productivos están siendo los siete últimos enfrentamientos ante los béticos con un total de 10 goles, con tres dobletes y un ‘hat trick’. Es su gol 17 de la temporada, el 13 de la Liga que le acerca otra vez a la cabeza del Pichichi. Esta vez, el Villamarín estaba vacío pero el entendido aficionado andaluz le hubiera aplaudido como aquel día de la vaselina a Pau López. Y es que el coliseo bético se le da bien.
El efecto portugués
Francisco Trincao (21 años) tuvo por fin esa gran partido que tanto suspiraba con el Barça, es que justificara su llegada, que diera valor a su fichaje. Y el portugués lo logró en su encuentro 27 como azulgrana. Fue un trallazo junto a la línea de la frontal del área que se coló en
pie al remate de cabeza de Víctor Ruiz. Notó el esfuerzo y la exigencia de los últimos partidos y esta vez, en la media, tuvo a dos acompañantes que no son habituales, como Pjanic y Riqui Puig, menos defensivos que De Jong y Pedri.
Como defensa, a Lenglet también se le atribuye que el Betis consiguiera batir de nuevo al Barça, como ya sucediera en la primera la portería de Joel tras tocar en el larguero. La fortuna le sonrió al fin. Había rozado el gol frente en la Copa frente al Rayo y ante el Granada, pero sus dos disparos dieron en el travesaño.
Trincao saltó al campo en el minuto 57 sustituyendo a Riqui Puig. El luso no ha sido titular en la Liga ni una sola vez. Ronald Koeman le ha reservado para jugar desde inicio en la Champions League, en 4 de los 6 partidos de la fase de grupos, y en la Copa del Rey, en los tres jugados hasta cuartos de final. Los 17 que ha disputado en el campeonato liguero han sido siempre saliendo desde el banquillo, chocante al tratarse un fichaje de relumbrón por el que se abonaron 31 millones de euros. Es el suplente de oro de la Liga. Ningún jugador ha actuado tantas veces como recambio hasta la jornada de este fin de semana. Pellegrini, el técnico del Betis, no sabe ganar ante Leo y a partir de ahora recordará el nombre de Trincao vuelta, pero el central francés estuvo muy atento en las ayudas, en alguna ocasión providencial, cortando una internada de Fekir y suturando un contragolpe de Álex Moreno por una banda que no es la suya. Todo hubiera cambiado si hubiera marcado un gol en otro cabezazo después de una falta, pero falló incomprensiblemente. Un tanto que se le resiste
HH