De Ronnie a Suárez

or el Barça han pasado futbolistas que han dejado huella, otros que han sido estimados por la afición sin que su aportación a la historia del equipo haya sido tan importante. Otros que han entrado por la puerta grande y han salido por la pequeña. También hay los que fracasaron desde el primer momento. Y los hay que siempre serán leyenda del club. Goleadores eternos. Mitos. La visita del PSG me ha hecho recordar a uno de ellos: Ronaldinho, al que la masa social del Barça siempre le estará agradecida porque significó el fin de una época triste y el comienzo de una etapa gloriosa. Pero Ronnie no solo contribuyó de manera especial en la construcción de un Barça triunfador. Ronnie fue más importante para el Camp Nou. Su sonrisa cautivó, pero su dominio del balón, sus habilidades, la frivolidad con la que inventaba jugadas enamoró a muchos niños. Ronnie fue el auténtico padrino de Leo Messi. Ronnie devolvió la alegría al Camp Nou, acabó con la tristeza que vivía el barcelonismo y fue el símbolo de aquella directiva liderada por Joan Laporta y Sandro Rosell.

Pero sí hay algo por lo que destacaría a Ronaldinho de entre todos los extranjeros que ha tenido el Barça es el respeto que ha demostrado por la entidad. A Ronnie se le abrió la puerta para que marchara porque en su última temporada había puesto barro en su carrera, pero nunca se le ha oído una mala palabra hacia el club. No como otros, ( Luis Suárez), que cada vez que tienen un micrófono ante sí muestran irrespeto y que en lugar de estar agradecidos son unos desagradecidos

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