Fin de ciclo
ace años que en el mundo del deporte y en el fútbol en particular se usa está expresión demasiado a menudo y con cierta ligereza. Sobre todo cuando un equipo (o un deportista) que ha ganado mucho tiene una mala actuación. Titulares como ‘Fracaso' o ‘Fin de ciclo' son habituales. Los interiorizamos, los aceptamos como certeza absoluta y rápidamente buscamos sustitutos. Ponemos y quitamos héroes como si fueran cromos en un álbum. Es la nueva normalidad del fútbol.
Aunque viendo al Barça actual no es nada precipitado decir que esta inmerso en un fin de ciclo. No se trata solo de una mala actuación, como la del martes contra el Paris Saint-Germain, sino que en Europa lleva cinco años recibiendo correctivos muy severos impropios de un club con su historial. Y tampoco es exagerado afirmar que algunos de los jugadores que dieron tantos éxitos con la camiseta azulgrana ya han llegado a su fin. Yo solo me quedaría a Ter Stegen, Piqué y Messi de los futbolistas de la vieja guardia barcelonista. Al resto hay que agradecerles su dedicación todos estos años y desearles suerte para el futuro.
El nuevo presidente del Barça tiene mucho trabajo por hacer y poco tiempo para realizarlo. La industria del fútbol no espera a nadie. Hay que tomar decisiones valientes, pero no apresuradas. La tendencia generalizada es solucionar los problemas solo a corto plazo, lo que provoca complicaciones mayores en el futuro. La idea tiene que ser un ciclo sin fin y no otro fin de ciclo ●