Hay equipo y entrenador
l Barça consiguió ayer una victoria de autoridad en Sevilla. Acertó Koeman en el planteamiento. Con los tres centrales, Piqué y Lenglet, que habían mostrado algunas dudas, se sintieron más arropados. Los laterales a una altura más adelantada poblaban el centro del campo donde se juntaban cinco futbolistas, más Messi, que baja mucho a recibir. Y arriba, Dembélé fue una flecha. Estando así de bien físicamente, el francés es imprescindible por ser de los pocos que tiene velocidad y capacidad de desequilibrio. El 5-3-2 que se dibujaba en la previa acabó siendo un 3-5-2. Quizás no sea el esquema ideal para el Barça pero resolvió los problemas que venía mostrando el equipo. Venía atascándose atacando siempre por dentro y se partía tácticamente. Los carrileros le dieron más amplitud. El equipo estuvo junto y trianguló con facilidad. Y sin balón, recuperó la garra y la agresividad imprescindibles en cualquier equipo que aspire a ser sólido. Messi dio una asistencia y marcó el gol de la sentencia. Pero sobre todo mostró mejor actitud. Lo peor, las lesiones de Pedri y Araujo. Ilaix mostró calidad, intensidad e inteligencia en la lectura de partido y en la asistencia a Messi. Parece un futbolista más completo que Riqui Puig. El de ayer fue uno de los mejores partidos del Barça por la envergadura del rival ya que hasta ahora había perdido frente a Madrid, Juve, Atlético y PSG en el Camp Nou, o Sevilla en Copa. Y llegó en la segunda suplencia de Griezmann. El francés está incómodo en la izquierda, interviene poco y si lo hace es por dentro, invadiendo el espacio de Messi
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