En la Copa se puede repetir la fórmula
El fútbol no es una ciencia exacta, pero tiene su lógica interna. No siempre se sabe al detalle por qué un día juegas de maravilla y otro lo haces rematadamente mal, lo que no significa que no se puedan analizar las cosas. Al fin y al cabo cómo rueda el balón es lo que nos interesa de este tinglado, al menos hablo por mí. El sábado vimos en Sevilla seguramente el mejor partido del Barça esta temporada. Si acaso, se puede comparar con el que hizo hace meses en Turín ante la Juve.
El Barça se mantuvo vivo en la Liga con una victoria que necesitaba ante un rival de alto nivel y que le dará autoestima. Hay que partir de una realidad: este equipo no tiene los mismos jugadores que tenía hace diez años y, por tanto, no puede pretender hacer lo mismo, aunque haya gente que crea que sí.
Me gustó el plan de Koeman. Partió de asumir una realidad: este Barça no sabe correr hacia atrás. En el partido de ida de la semifinal de Copa el Sevilla se aprovechó de esa debilidad. El sábado, en cambio, con ese sistema de tres defensas ‘fuertotes' para vigilar a dos atacantes rivales, seis centrocampistas y un delantero descolgado, el Barça controló el partido de cabo a rabo, sin apenas sufrir sobresaltos atrás. Digo seis centrocampistas porque Messi ayudó a poblar esa zona con Busquets, Pedri y De Jong, aceptando que en el duelo de los carriles, Alba y Navas por un lado, y Dest y Escudero, por el otro, más o menos iban a ‘empatar', por decirlo así. Ese dibujo permitió aprovechar, especialmente, todo el potencial de Dembélé. Al meterlo por el pasillo del medio el francés preocupó permanentemente a los centrales del Sevilla con su velocidad, que pudo explotar en toda su expresión porque tenía campo por delante y la portería enfrente. Eso se vio, por ejemplo, en el 0-1, con Messi haciendo de inteligente y precisa lanzadera desde la media punta. Es erróneo quedarse con la idea de que ese plan del Barça fue defensivo o conservador. En fútbol todo es válido si sacas lo mejor del tipo de futbolista del que dispones. Y Koeman no tiene complejos con eso, afortunadamente.
Para el miércoles, en la Copa, yo no variaría esencialmente la receta. Se puede introducir algún matiz, porque Lopetegui querrá buscar algún antídoto, pero creo que al Barça le viene bien buscar un partido en el que tenga sus cinco o seis ocasiones y el rival, una o ninguna, sin necesidad de apretar arriba. Puede haber la tentación de buscar más el gol ‘a tumba abierta', como se suele decir, pero en este caso creo que sería un error, por mucho que haya que levantar dos goles. De hecho, no vería como un drama llegar 0-0 al descanso, porque estoy convencido que dos goles los puede marcar el Barça en un partido ‘normalito' en cualquier momento. El problema gordo sería encajar uno, lo que convertiría la remontada en un ‘más difícil todavía'. El sábado el Barça se autodemostró que puede
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