Nueve seguidas fuera
n También cayó el Reale Arena. El maleficio vigente durante largos años, justamente los más esplendorosos del Barça del siglo XXI, parece haber quedado atrás. El conjunto barcelonista llegará disparado al Clásico (con permiso del Valladolid) con la idea de pelear por el título con todas las opciones. Tal vez, incluso, como gran alternativa al actual líder. Ese es el mensaje del partido de ayer. Ante la Real, la superioridad del Barça fue indiscutible, a pesar de los intentos donostiarras de buscar un intercambio de golpes que acabó pagando caro, al dejar demasiados espacios detrás de su defensa. Dest por la derecha fue un puñal: generó el primero y marcó el segundo y el tercero; Alba se cansó de dar asistencias y Griezmann, Messi (doblete y asistencia el día que superaba a Xavi) y Dembélé marcaron.
Un gran partido colectivo del conjunto barcelonista, con mención especial para las dos bandas, destrozó la resistencia de una Real que,conformepasabanlosminutos sí parecía estar pensando más en la final de Copa contra el Athletic que en otra cosa. Encajar un sextete no es la mejor manera de prepararla, desde luego. Al equipo de Koeman le salió un partido redondo, con la consolidación de ese sistema con tres centrales (¡sacrilegio!); dos carrileros que, liberados, van como truenos; doble pivote (¡otro sacrilegio!); y dos mediapuntas por delante de un punta, el sorprendente Dembélé. Un sistema que anuló y ahogó a la Real. Una pequeña laguna: el Barça estuvo tan metido en el partido que ni Messi ni De Jong pensaron en forzar una tarjeta para llegar ‘limpios’ no sólo al Clásico sino a lo que queda por delante.
El Barça empezó fuerte, con atrevimiento y una presión que encerró, de entrada, en su área al conjunto local, que salió a defender con cinco atrás, con marcajes individuales. Zubimendi se situó como tercer central, pendiente de Dembélé, que antes de los diez minutos le había generado una tarjeta. Esa acción y un disparo de Messi que detuvo Remiro fueron los primeros avisos barcelonistas.
Recuperándose poco a poco de la salida del Barça, la Real se asentó en el campo e intentó llevar el partido a un intercambio de golpes por todo el campo, un escenario que, a priori, no beneficiaba a los de Koeman, sino todo lo contrario: era la película que buscaba la Real para sacar rédito. A la larga no fue así.
Casi lo consigue, sin embargo, en una acción de Isak tras una pérdida de De Jong, que calculó mal un pase atrás hacia Ter Stegen. El sueco se
Ya son 9 las victorias a domicilio seguidas en esta Liga. A una de igualar el récord de las Ligas 10-11 y 12-13. fue hacia la portería y recortó a Mingueza, pero su remate final fue repelido por el meta alemán, en su primera acción providencial.
Estropicio por las bandas
El partido estaba abierto, pero los carrileros del Barça se empeñaron en cerrarlo. La intensidad en los marcajes de los jugadores de la Real había provocado una falta de Merquelanz sobre Dest, que se fue de dos con una gran acción y fue agarrado de forma grosera. El norteamericano salió airoso en principio, pero acabó perdiendo el balón, sin que el árbitro señalase la clarísima falta.
Bastó esa chispa de Dest para poner en marcha la maquinaria y un torbelino de juego que desembocó en el primer gol. Una nueva gran acción de Dest, objeto de una falta que quedó impune, por la derecha acabó en un centro que se fue envenenando y que Remiro despejó defectuosamente hacia el travesaño. Messi continuó la jugada y abrió a Jordi Alba, cuyo centro fue rematado por Dembélé con despeje de Remiro. Griezmann apareció para recoger el rechace y chutar a gol.
Otro escenario se dibujaba en el horizonte del ‘match’ y, poco después de una nueva acción de Ter Stegen en su segundo paradón ante Isak, Dest puso rúbrica a un gran primer tiempo con un gran gol, al cruzar el balón por debajo del portero tras una apertura de Messi.
Todas las acciones contundentes del Barça llegaban por las bandas y
Betis - Levante
Athletic - Eibar
Celta - R. Madrid
Getafe - Elche
Valencia - Granada
Villarreal - Cádiz
At. Madrid - Alavés
R. Sociedad - Barcelona
el 0-3 fue una obra de los dos dueños de los carriles: Alba y Dest. Sergiño, que se estaba dando un festín ante Merquelanz, completó su particular festival con su segundo gol, que llegó con una asistencia del dueño de la otra banda: Jordi Alba.
Abatida la Real, el Barça no se detuvo y buscó un nuevo subidón de autoestima antes del parón de selecciones. Messi festejó su récord legendario con dos goles. El primero (el 0-4), al cazar una asistencia de Busquets y superar con un toque sutil a Remiro.
Sin dar tregua, tras un gol anulado a Dembélé por un fuera de juego del francés en la asistencia de Messi muy discutible, el propio Ousmane puso el 0-5, recogiendo una asistencia de Ilaix Moriba. Munuera Montero no encontró la forma de anularlo. Un golazo del joven Barrenetxea, con un obús que se coló por la escuadra, supuso el gol del honor donostiarra. Messi, tras jugada colectiva en la que se apoyó en Ilaix, Riqui Puig y Jordi Alba, marcó su segundo tanto, que completaba el sextete
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