Nadal se pasea y mira tenis a su aire
N La burbuja por el Covid provoca la imagen insólita del balear sin multitud alrededor
n Rafa Nadal, caminando a su aire desde la pista de entrenamiento hasta la sala de jugadores. Se para con algunos colegas, mira unos instantes el entrenamiento entre Jannik Sinner y Frances Tiafoedel, también el partido de dobles de Carlos Alcaraz y Pablo Carreño. Es una de las imágenes inéditas que depara un Godó adaptado a la realidad sanitaria, a la normativa local y a la demandada por la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), que rige el circuito.
En la misma zona por la que ahora pasea a su antojo, Rafa Nadal era rodeado por guardias de seguridad. Una multitud de aficionados se agolpaba contra un murete intentando obtener el autógrafo o fotografía con el ídolo.
Nadal y su equipo se mueven por un área ahora acotada al público. Montecarlo se disputó la semana pasada a puerta cerrada, el Godó tiene un aforo diario máximo de 1.000 aficionados en una grada reducida para la ocasión, que incluye la cuota para patrocinadores, socios y público en general. Salieron a la venta 100 entradas para cada jornada. La Pista Rafa Nadal suele tener 8.000 asientos, reducidos en la presente edición a 3.000. Hay que mantener la distancia de seguridad.
Una brigada anti Covid vigila que los presentes la cumplan en el recinto, plagado de dispensadores de gel hidroalcohólico y con rutas de ida y vuelta señalizadas. Sin stands comerciales, los fast trucks son los puntos para un tentempié. Nadie se libra a la entrada de ser apuntado por el termómetro.
El doctor Antoni Trilla, del Hospital Clínic de Barcelona, es uno de los ‘fichajes’ de esta edición.
Los tenistas viven lo máximo posible en su burbuja, que empieza por la elección de residencia propia de todos aquellos que puedan atestiguar un alojamiento regular en Barcelona. Son muchos, incluido Rafa Nadal. Deben pasar una PCR cada 48 horas, y no 72 como quienes han escogido pernoctar en el hotel oficial, abierto expresamente para el torneo.
Cada tenista hace burbuja con otras dos personas, aunque hay excepciones que permiten ampliar el número. La regla ATP señala que pueden pasear por las calles de la ciudad durante una hora diaria, lo que no incluye entrar en comercios o restaurantes. Si bien no hay un cierre vigilado de fronteras como en el US Open o en la cuarentena de Australia.
Una de las novedades ATP es que el tenista puede hacerse una PCR y un test antígeno a su llegada. Mientras espera el resultado de la primera, si el segundo ha sido negativo le permite entrenar.
Nadal camina como un mortal común, algo inusual en el torneo, que vuelve después de la cancelación de 2020 por el coronavirus. El once veces campeón aplaude el regreso a la espera de recuperar la normalidad completa, que incluya la ‘Nadalmanía’
Domicilio particular u hotel, PCR, aforo de 1.000 aficionados y brigadas Covid
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