Cosas que nunca te dije

Cuando a Francisco Roca, presidente de la ACB ,le preguntaron recientemente si estaba preocupado por la masiva marcha de jugadores de su competición hacia la NBA contestó que sí. Y entonces dijo que “las ligas y las federaciones debemos organizarnos mejor como industria en Europa para encontrar fórmulas que permitan que al menos esas salidas generen unos recursos económicos que nos ayuden a seguir creando talento deportivo y así seguir empujando el baloncesto y el deporte base. Aún no es el caso, los clubes no ven su trabajo recompensando”. Esas palabras, traducidas a algo comprensible significan algo así como ‘clubs, poned las cláusulas de rescisión más altas a vuestros jugadores, porque la NBA tiene ahora más dinero y así sacaremos más a cambio cuando se vayan”.

Roca podría haber dicho que los clubs de su liga iban a luchar para hacer una mejor competición que atraiga a más aficionados, que iban a dejar de inundarnos de extranjeros de medio pelo que vienen y van sin dejar huella, que iban a apostar por los esos jóvenes talentos españoles que llevan 10 años seguidos consiguiendo medalla en el Eurobasket Sub 20, que iban a controlar y castigar con dureza si fuera necesario los pasaportes de Guinea y otros países similares, que iban a luchar de verdad para dejar de ser una liga donde ni se desciende a la LEB ni se asciende a la Euroliga, que iban a replantarse el calendario para que algunos internacionales no tengan sólo seis días de vacaciones como sucede este verano, que iban a darle una vuelta al tema televisivo para conseguir una mayor atención mediática...

Podía haber dicho esas cosas y muchas más, pero no lo dijo. Podía haber dicho un ‘vamos a replantearnos la ACB ya mejorarla’, pero no lo dijo y le salió un ‘esto es lo que hay, no tiene remedio, al menos vamos a sacar dinero’. Es una lástima, pero seguro que en aquel momento igual no cayó y la próxima vez que le pregunten lo dice