Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
La quinta amarilla de la F1
Mercedes fuerza su castigo para evitar futuras penalizaciones
Minuto 89 de un partido de la liga de fútbol. El partido está decidido y, uno de los jugadores acumula en su haber cuatro tarjetas amarillas. Atendiendo a la normativa del campeonato, ver una más acarreará suspensión. Dicho jugador sabe a ciencia cierta que no disputará el siguiente compromiso de su equipo, y lo que hace es cometer una infracción a propósito para ver una tarjeta más y cumplir el ciclo de suspensión perdiéndose el próximo partido de los suyos. Es lo que se denomina como forzar la quinta amarilla, un acto similar a lo efectuado por Mercedes y Lewis Hamilton durante el Gran Premio de Bélgica.
Cambiar cualquier componente del motor de un Fórmula 1 supone una penalización de un mínimo de cinco puestos en la parrilla siempre que se llegue a la sexta sustitución del mismo en lo que va de temporada. Además, es acumulable, por lo que si se realiza el cambio de varios de ellos (turbocompresor, MGU-H o MGU-K, entre otros), la penalización puede ser incluso mayor.
Y a partir de ahí, nace la picaresca de saber jugar con el reglamento para sacar provecho ante imprevistos futuros.
El Mercedes de Hamilton rozaba la penalización hace varias citas del Mundial, y sabía que tarde o temprano llegaría. Decidieron que fuese en Spa-Francorchamps, un trazado en el que adelantar no resulta excesivamente complicado, y de esta forma, el jueves se confirmó que montaban los sextos MGU-H y turbo, conllevando este acto una penalización de 15 puestos en la parrilla. Desde ese momento, los de la estrella decidieron jugar con el reglamento y aplicar la picaresca para llenar su almacén cubriéndose las espaldas ante futuros problemas.
El viernes montaron las séptimas unidades del MGU-H y el turbo, a pesar de que las sextas tan so- lo tenían un día de antigüedad, y ayer, las octavas de los mismos componentes además de las sextas del MGU-K y del ICE. En total, 55 puestos de castigo. Pero recibidos de buen grado en Mercedes, por- que las piezas desmontadas, se pueden volver a poner en el coche cuando sea preciso si todavía fun- cionan. Es decir, si falla el octavo turbo, se pueden usar sin proble- mas el sexto y el séptimo, que es- tán completamente nuevos.
Lo realizado por Mercedes en cuanto al coche de Hamilton, no es, ni mucho menos, ilegal; tan so- lo se trata de sacar el máximo be- neficio sin saltarse el reglamento.
El equipo McLaren y Fernando Alonso se han encontrado en el Gran Premio de Bélgica ante un caso similar, pero en el suyo, las esperadas evoluciones del motor Honda en las próximas fechas hacen que no sea tan importante aplicar esta picaresca, ya que si llegan versiones que mejoren el actual motor, realizarán sustituciones de piezas igualmente
Hamilton penaliza 55 puestos pero llena el almacén de recambios para su motor Las piezas sustituidas se pueden volver a montar en los coches en próximas citas