Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Un arranque de txapeldunak
El Athletic hace valer su fulgurante inicio para ganar a la Real Sociedad y adueñarse de su quinta Copa de Euskal Herria
Los buenos inicios suelen augurar finales felices y a esta máxima se aplicó el Athletic para imponerse a la Real Sociedad en la final de la Copa de Euskal Herria celebrada en Urbieta. El campo gernikarra fue escenario del quinto título de esta competición logrado por las rojiblancas. Los cuatro anteriores los logró el Athletic en 2011 en Bakio, en 2013 en Azpeitia, en 2014 en Bilbao y en 2015 en Zarautz. En 2012, en Beasain, se impuso la Real Sociedad.
Al cuarto de hora el partido estaba bien encarrilado y sólo hubo que aguantar el tipo para poner la guinda resolutoria muy a última hora. A los cinco minutos, Eunate se deshizo de la desordenada zaga realista para plantarse ante la portera de la Real y batirla en su salida. Poco después Maite Oroz amplió la ventaja al enfilar a la cancerbera y superarla con un buen disparo. La rojiblanca había partido de una situación de fuera de juego.
A pesar de que parecía controlado el encuentro, las donostiarras dispusieron de dos claras ocasiones malogradas por Naiara y Leire, a las que les faltó algo de sangre fría para disparar con más eficacia. Los errores en la zaga bilbaína, en especial a la hora sacar el balón, pudieron costar muy caro.
La guinda de Eunate
Más allá de las lagunas que mostraran las del Joseba Agirre, el derbi no parecía encerrar demasiadas problemas. En un segundo tiempo en el que las bilbaínas apenas padecieron las acometidas de las rivales, llegó el golazo de Eunate. Se zafó de dos contrarias y con la pierna derecha colocó el balón por la escuadra izquierda de la Real en el tiempo de descuento. Poco antes Irune había lanzado un disparo al larguero.
Al margen del triunfo, la nota negativa la protagonizó Joana Flaviano, que tuvo que abandonar el terreno de juego por unas molestias, aunque sin mayor trascendencia