Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
LOPETEGUI DÍA 1
El nuevo seleccionador se estrenó mostrando que quiere que todo vaya en función del balón y su máxima exigencia con todos
Ayer era el día de Lopetegui. Bueno, lo fue el domingo porque cumplió 50 años, pero eso de por fin ponerse al mando de la selección seguramente para cualquier entrenador es una especie de sueño cumplido. Al menos así lo vive el técnico vasco que madrugó para ir a la Ciudad del Fútbol donde llegó a primera hora de la mañana y casi sin haber dormido, como confesó él mismo poco después. “Es el primer día de la clase, estamos contentos e ilusionados, con la lógica emoción y con mariposas en el estómago. Tenemos muchas ganas e ilusión para empezar a trabajar”, dijo un Lopetegui que “vestido de romano”, como dijo para referirse al chándal que lucía, tomó el mando de una selección a la que quiere volver a llevar a lo más alto.
El vasco recibió a todos los jugadores, un total de 24, en el hotel de concentración y esperó a que estuvieran todos presentes para tener la primera toma de contacto oficial. Ahí, les explicó lo que quiere, lo que espera de ellos y cómo va a funcionar esta selección que quiere moldear a su gusto respetando, eso sí, la herencia de Luis Aragonés y Del Bosque. El vasco es muy claro cuando le preguntan cómo va a jugar la selección y no se cansa de repetirlo. “En el fútbol el estilo lo marca el tipo de jugador que tienes. Los que tenemos en esta lista y otros que se han quedado fuera, nos marcan crecer en torno a la pelota, siendo capaces de competir a otros niveles cuando haya que hacerlo y estando preparados en todos los aspectos para intentar atacar mejor teniendo alternativas para cada partido”, sentenció un Lopetegui que hizo buenas sus palabras en el entrenamiento.
El vasco salió el primero al césped, con gafas de sol, no pisó la línea de banda, tocó la hierba y se santiguó, vamos como un futbolista. Detrás de él, todo su cuerpo técnico y después, los internacionales. Charla de dos minutos y a trabajar. Mientras los jugadores corrían al mando de Óscar Caro, preparador físico, Lopetegui tocaba el balón con Ochotorena, Pablo Sanz y Antolín Gonzalo, sus ayudantes. Único momento de tranquilidad, porque en cuanto el balón comenzó a aparecer en los ejercicios, en todos ellos por cierto, Julen se puso las pilas. Estuvo muy encima de todos los ejercicios de sus jugadores e incluso paró alguno de ellos para corregirlos. Pide intensidad a jugadores y técnicos, pero siempre en torno al balón. Así hasta el final, cuando cogió su libreta del banquillo y se fue vitoreado por la grada