Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Favoritos
La derrota de Sassuolo obliga al Athletic a minimizar, o erradicar si puede, sus fallos en la fase de grupos de la Europa League. Han gastado el comodín a las primeras de cambio y ahora tendrán que afrontar todos los partidos con las orejas tiesas para no perder el liderato de grupo, objetivo claro del conjunto rojiblanco. Evidentemente el primer paso es superar la liguilla, pero a nadie se le escapa que los leones son los máximos favoritos en este grupo F para acceder a las eliminatorias como primeros y contar con el factor campo a su favor.
Ni el doloroso resultado de Italia nos hace cambiar esa idea. De la respuesta del equipo en San Mamés dependerá el éxito de la misión. Los nueve puntos que se ponen en juego en La Catedral servirían prácticamente para garantizar dos nuevos partidos europeos. Un tropiezo en casa por cualquier motivo –un mal día o un error arbitral por ejemplo- obligaría a los de Valverde a hacer sonar las alarmas sin pudor. No se concibe.
Las cuatro victorias consecutivas han cambiado la cara del equipo y del aficionado. De la crisis y la decepción se ha pasado a hablar de la Champions. Así es el fútbol. No hay término medio. Mientras esperamos la mejor versión rojiblanca sobre el césped nos conformamos con las victorias. Bendito problema. De todas formas, sigo creyendo, como Txingurri, que la mejor forma de llegar al triunfo es practicando un buen fútbol, y no me refiero al jogo bonito de Brasil –en otros tiempos por ciertoo al del Barcelona, sino al estilo propio que Valverde ha conferido a esta plantilla. Aún andan en el camino de igualar ese nivel. Con victorias se sobrelleva mejor el proceso y más fijándonos en el calendario, todavía en septiembre. Ahora bien, si la duda estriba entre ganar y jugar bonito, casi como cualquier hijo de vecino yo me sumo a la primera opción. Clasificación amigo, que diría Caparrós.
A todo esto vienen los austriacos. Por una vez no es el Austria de Viena sino el Rapid, el otro equipo de la ciudad. Un enfrentamiento inédito hasta ahora. Llegan como segundos de grupo, pero empatados a puntos con el Sassuolo tras vencer en la primera jornada al Genk.
Una victoria allanaría el camino, pero cualquier tropiezo volvería a generar dudas. Ya he dicho que el fútbol es así.
Lo que más me preocupa del partido de mañana es la seguridad en las calles de Bilbao. Se calcula que viajarán con el equipo vienés unos 700 u 800 seguidores. Entre ellos, conociendo los antecedentes, no podemos descartar que viajen unos cuantos ultras. Casi lo podemos afirmar. Gente, por llamarles de alguna manera, a la que habría que apartar del fútbol y si se no se puede, al menos tenerles controlados en todo momento. Lo deseable sería impedir su viaje en origen porque una vez alcancen la capital vizcaína, su vigilancia se complica.
Todos recordamos esas dantescas imágenes de mobiliario roto, palizas y carreras por las calles del Botxo en la visita del Olympique de Marsella. Es para echarse a temblar y eso que jugamos en casa. No quiero ni pensarlo cuando toque devolverle la visita en diciembre a Viena. Dicen que la música aplaca a las fieras, así que bien haría el Athletic en hacer sonar a Mozart –qué mejor ocasión- por la megafonía de San Mamés