Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Ejercicio de equilibrio
Tras la disputa del primer encuentro de Europa League, el Athletic debe recorrer exactamente el mismo camino elegido para equilibrar su inercia en la competición liguera.
Teniendo en cuenta el sistema de liguilla corta con la que se completará la primera fase, el margen de error es mucho menor que el existente en la competición doméstica.
Por todo ello, los de Valverde intentarán desde el comienzo ir marcando su estilo de juego para, mediante la presión a la que nos tienen acostumbrados en San Mamés, lograr encerrar al Rapid desde el inicio.
No se nos ocurre mejor idea que la de comenzar la presión bien arriba para jugar en campo contrario el mayor número de minutos posibles, sobre todo ante un equipo rápido y vertical como el austriaco.
Los balones diagonales y profundos con los que los vieneses acostumbran a golpear a sus rivales de turno deben ser abortados ya desde el inicio, máxime ante la amenaza de tener que correr hacia atrás en demasiadas ocasiones.
Una vez más deberán apretar sin descanso tanto los dos exteriores elegidos por Valverde como la pareja destinada a la punta y mediapunta del Athletic.
Esta fue la clave ante equipos como el Valencia y Sevilla, impidiendo casi sin descanso que los rivales se acercasen con demasiado peligro a la propia portería.
Junto a ello habrá que vigilar continuamente al poseedor del balón para adelantar más o menos la línea defensiva en función de los movimientos de los extremos del Rapid de Viena.
Con balón aparece la necesidad de seleccionar bien las secuencias de pase con el doble objetivo de llegar a posiciones de remate con cierto grado de éxito y además evitar pérdidas de balón. Quizás en el aspecto que el Athletic tiene más ventaja es sin duda el balón parado. Sea como fuere es fácil imaginar un partido de ritmo y exigencia entre dos equipos que especulan muy poco