Sin ritmo es otro equipo

Mira que lo han dicho en numerosas ocasiones los jugadores y el propio entrenador. El Athletic sin ritmo ni intensidad, y un servidor añadiría sin presionar la salida de balón rival, baja muchos enteros. Se ha demostrado por activa y por pasiva. El primer ejemplo lo tuvimos esta temporada en la visita al Sassuolo de la primera jornada de la fase de grupos europea y el jueves se volvió a repetir la historia. Desde el primer momento se pudo comprobar que el equipo belga había salido más concienciado en llevar la iniciativa en busca de los tres puntos. Es un equipo joven y por lo visto osado. Por algo acumula ocho victorias en el Luminus Arena en los diez partidos oficiales que ha disputado esta temporada, en los que solo ha perdido ante el líder Anderlecht. El conjunto rojiblanco se vio sorprendido y posiblemente lo acabó pagando con una derrota dolorosa que complica la clasificación para la siguiente fase y que además dejó secuelas en forma de lesiones. Los leones pudieron corregir el mal comienzo si Aduriz acierta en la vaselina que se le fue alta al poco de comenzar o se retrasa un metro para no caer en un fuera de juego inocente en la jugada por la derecha de Williams. El pichichi falló y más no se puede ni se debe decir porque en un gran número de ocasiones, la mayoría, acierta. A partir de ese momento se le vio fuera del partido, signo de la impotencia y posiblemente dolido consigo mismo por haber errado en estas dos jugadas. Después llegó el desafortunado, por decirlo de forma suave, rodillazo sobre

Buffel que le podía haber costado la expulsión y dejar a su equipo con diez. Hay que pasar página porque los tres puntos en la visita de los belgas a Bilbao son obligados