Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Sufrimiento sin premio en el coliseo blanco
Tras los condicionantes previos con los que el Athletic encaraba el partido, léase el pasado esfuerzo realizado el jueves sumado a las contingencias físicas de algunos futbolistas, los bilbaínos realizaron un más que meritorio encuentro en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid es un equipo con la suficiente pegada como para no necesitar demasiado juego para ganar. Pero lo cierto es que tampoco fue el mejor partido de los merengues ante un esforzado Athletic. C on Sabin Merino y Williams en los exteriores, Ernesto Valverde quiso dar consistencia a ambos flancos para también ayudar tanto a Lekue como Saborit a la hora de defender. Mientras tanto, Eraso y Raúl García apuntalaban el sector central del ataque del cuadro bilbaíno, dando entrada así a la frescura renovada con la que encarar el exigente partido en cuestión junto a San José y Mikel Rico. E l sistema defensivo ideado por Txingurri alternaba las presiones más avanzadas con secuencias de mucho mayor repliegue intensivo para juntar las líneas y evitar los contraataques del Real Madrid. Tras recibir el tempranero gol de Benzema, con algo de falta de contundencia de Saborit, los de Valverde permanecieron con una presión a tres cuartos de campo mediante la cual recuperar el balón lo suficientemente cerca del área del Real Madrid como para ir acercándose al empate de Sabin. L ejos de echarse atrás tras el empate, y mientras les aguantaron las fuerzas, varias fueron las ocasiones en las que los rojiblancos fueron capaces de asustar la meta defendida por Keylor Navas. Williams, con un despliegue físico excepcional una vez más, quizás no tuvo la frescura suficiente como para haber alargado aún más sus opciones de conseguir algo positivo ayer en Madrid. S ólo fue a partir del 70’ cuando el Athletic dio un paso atrás, seguramente empujado por el juego al pase merengue, a la par del cansancio acumulado. Con una mayor posesión del Madrid, el Athletic se replegó para aguantar el ultimo arreón, sufriendo cuando los de Zidane golpearon a la espalda de la zaga. En esta fase cuando sí se sucedieron varias opciones de gol madrileñas, concretando Morata la más embarullada. Es cierto que aguantar un resultado ante equipos de este calado se antoja como una misión muy complicada para grupos como el rojiblanco, aunque a punto estuvo de conseguirlo. Con un poco más de eficacia ofensiva y algo menos de cansancio, quizás la sensación de frustración con la que se queda el Athletic podría haberse tornado en alegría. Otra vez será