Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
El Calderón se entrega al Alavés
La despedida de la afición a sus ídolos fue el reconocimiento al trabajo realizado
La afición del Alavés quemó con ganas las horas previas del partido desde su zona de animación, antes de acudir a un Vicente Calderón. Se repitió la derrota como hace 16 años ante el Liverpool, pero la despedida de la afición a sus ídolos sirvió como merecido reconocimiento al trabajo de una plantilla que ha hecho renacer la esperanza y sentimiento albiazul por todos los poros.
El Alavés perdió, pero el partido de las aficiones solo tuvo un color, el albiazul
Tras cargar baterías en la Cuña Verde, respondieron a las incesantes llamadas de acudir con tiempo necesario al recinto. Desde una hora y media antes del duelo ya entraron los más intrépidos alavesistas. Sobre el fondo norte empezó a desplegar Iraultza 1921 su repertorio de canciones que le ha llevado a ser una de las hinchadas de referencia.
Se adelantó la afición rival con el primer cántico general, pero eso no hizo sino alentar aún más a los gasteiztarras que rompieron a gritar cuando Fernando Pacheco pisó el césped. A falta de siete minutos para las nueve de la noche los blaugranas empequeñecieron cuando el once de Pellegrino saltó para romper a sudar. Una rápida sucesión de cánticos acompañó durante más de un cuarto de hora, en el que los rivales solo osaron adentrarse cuando Messi encabezó el calentamiento.
Para cuando arrancó el acto de presentación de las dos camisetas, la mitad del campo reservada a los jugadores llegados de Vitoria ya estaba completa. No sucedió lo mismo con la otra parte del campo en la que fueron evidentes los huecos y la falta de interés que despertó la final en las filas culés. Una pancarta de Iraultza fue el prolegómeno a la serie de presentaciones, iniciada por la albiazul, que llevó al estadio a punto de ebullición. Continuó el despliegue de pancartas ‘Por lo que fuimos y seremos. Juntos hasta la victoria’, fue el segundo que se pudo leer en el fondo. Ahí entraron los equipos con el delirio de ambas aficiones y un gran mural desde los blaugranas en el que se leyó ‘Todos unidos. Hacemos fuerza’. Todo eso
A merced del Barça
Se cumplió el vaticinio de la defensa de tres centrales albiazul. Ese planteamiento condenó al Alavés a estar a merced del Barça.
Capacidad de reacción
La rapidez con la que logró devolver el Alavés el primer golpe de Messi e igualar con el golazo de Theo, a la postre inútil y baldío
fue el aperitivo al esperado mo- mento en el que atronó el himno nacional, con una elevada poten- cia por megafonía, que fue corres- pondido con la correspondiente y notable pitada desde las dos aficiones creando un ambiente ensordecedor.
Con independencia del resulta- do final albiazules y culés dieron todo un ejemplo de deportividad. Ya en el campo revistieron de un toque especial y singular el último encuentro oficial disputado en el Vicente Calderón y estuvieron a la altura de tan especial ocasión y es- tadio