Koi no se hace el loco

S i por algo se caracterizaba Koikili en sus tiempos como futbolista en activo era por su concentración defensiva, por su despliegue físico y por su bravura. Una cualidad, esta última, de la que hace gala también fuera de los terrenos de juego, en su faceta de ciudadano Lertxundi. M

D quiso mantener una conversación con el de Otxandio para saber qué era de su vida una vez colgadas las botas. Y, como no, de paso hacer un repaso de sus recuerdos en rojiblanco. Y fue entonces cuando el que fuera casi un fijo en el lateral izquierdo con Caparrós en el banquillo abrió su corazón para desvelar el calvario que sufrió cuando Marcelo Bielsa sustituyó como técnico del Athletic al de Utrera. S us palabras son duras. Sus acusaciones son contundentes. Koi expone su verdad sobre lo que vivió a las órdenes del argentino. Parece claro que, en lo que respecta a él, a lo loco no se vivía mejor. P ara bien o para mal, resulta innegable que Bielsa ha dejado una huella indeleble en Bilbao. Cuando, hace unos días, salió a la palestra la estupefacción que había causado en Francia el hecho de que el rosarino no se hubiera presentado en el primer día de trabajo como nuevo entrenador del Lille, por estos lares nadie se sorprendió. A algunos les parece otro desplante más de los suyos. A otros, una veleidad perdonable en un genio. Cuando estuvo en Bilbao, el fútbol que desplegó el Athletic embriagó a todo el mundo. Unos dieron por buena la dura resaca posterior. Otros no la soportaron. Koi no se hace el loco. Con sus confesiones, nos desvela la otra cara de un personaje que no deja indiferente a nadie. B ielsa: ¿héroe o villano? Lo que se puede leer en estas páginas sin duda alimentará un debate que sigue muy vivo por aquí