PARA LA HISTORIA

Muguruza busca el título que se le escapó en 2015 e igualar el éxito en 1994 de Conchita, su entrenadora Hoy (15 h) se las ve en la final con quien persigue ser la campeona más veterana, Venus Williams, 37 años

Más que nunca Conchita Martínez espera tener sucesora en Wimbledon. Rafa Nadal emuló a Manolo Santana por partida doble, mientras la oscense continúa siendo la única campeona individual femenina española desde que triunfara en 1994. Hoy (15.00 h/#0, Canal+ Deportes 2) empujará desde el palco de entrenadores a su pupila Garbiñe Muguruza, a quien había dirigido como capitana de Copa Federación pero no directamente, como ahora debido a que el técnico de la caraqueña, el francés Sam Sumyk, se halle en su residencia de EE.UU. por una inminente paternidad.

Conchita aportará experiencia a Muguruza, 23 años, aunque ésta ya cuenta con la ventaja de conocer el ritual de una final en la ‘Catedral’, que perdió ante Serena Williams. Este bagaje ayudó a que luego se tomara la revancha en Roland Garros 2016. La oscense era incluso más joven, 22 años, cuando afrontó a una leyenda como Martina Navratilova, que contaba 37 años, los mismos que figurar en el pasaporte de otra legendaria tenista, Venus Williams, que recibe consejos y palabras de aliento desde la distancia de su embarazada hermana. Aunque espera a Garbiñe conociendo bien el terreno que pisa. Son cinco coronas en el All England Club: 2000, 2001, 2005, 2007 y 2008). No son más porque perdió ante Serena las de 2002, 2003 y 2009. En total, siete títu- los de Grand Slam, novena final en Wimbledon y 16ª ‘grande’, la anterior fresca porque data de Australia, en enero y también saliendo perdedora del duelo fratricida con la también eterna Serena.

“Estoy donde quería estar, pero quiero más”, señaló Venus. “Lo que más me sorprende de ella es que todavía esté jugando, porque yo no me veo como ella a los 37, y que tenga esa hambre por ganar”, señala Garbiñe. Aunque en ambición son equiparables, y como reconoce la española “quiero salir a la pista y pensar que puedo ganar y creérmelo. Por supuesto que quiero ganar, cuando gané Roland Garros me di cuenta de la diferencia que hay entre ganar y no”. Un abismo entre la campeona y la finalista, como refleja el panel con el palmarés que figura en el pasillo del AELTC que da acceso a la pista. Allí verá una vez más Garbiñe doce veces el apellido Williams en individuales y seis más en dobles. “Es la hora de poner allí otro nombre español”, dice.

Ha perdido tres de cuatro veces con Venus, pero la superó recientemente en la tierra batida de Roma. “Ayuda, seguro”, estima Conchita. Su discípula considera que “fue un partido que jugué bien, pude cambiar ciertas cosas para que fuera de mi lado, era una pista muy diferente pero sé que aquí es una de las mejores jugadores de hierba que ha habido. El partido tendrá peloteos más rápidos”.

Pura potencia y agresividad. No saben especular ni la una ni la otra. Generan dominio desde el saque y persiguen enseguida el golpe determinante. “Lo que no hay que dejar es bolas cortas”, subraya Garbiñe. Una regla que también tendrá en cuenta Venus. Una pelota que se quede a media pista será castigada inmediatamente.

“Voy a tener que jugar muy bien, tener acierto y salir a la pista lo más tranquila posible, tampoco hay mucho secreto”, sentenció Garbiñe. Venus, por si acaso, pedirá consejo a Serena. “Seguro que lo haré, ya la ganó aquí, y quizás me dé alguna clave que me ayude. Tengo que dejar alto el pabellón Williams”. Si vence, será la campeona más veterana de Grand Slam batiendo a Serena, 35