Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Spieth rompe el sueño de Cabrera
Campeón de Masters y Open USA en 2015, Jordan agarra casi la Jarra, tercera pata del Grand Slam, y el canario es meritorio 7º a 8 golpes
A Rafa Cabrera le estaba permitido soñar después de su espléndido final de tercera vuelta en el British, birdie-birdie para 67 y 207 (-3), pero un Jordan Spieth muy metido en el torneo (65 golpes, con cinco birdies sin fallo para 199, -11) y que busca descaradamente la tercera pata del Grand Slam, hará que el sueño del canario sea dulce, pero no se haga realidad hoy en el Royal Birkdale.
Hay que descubrirse ante el torneo que está haciendo el ganador el domingo en Escocia, pero sobre todo ante el despliegue mental y de putt del texano, ganador del Masters y Open USA en 2015, y con todos los números para añadir el tercer eslabón de la cadena de ‘grandes’, la jarra de plata. Sólo le quedaría el PGA, que se juega en agosto. Spieth saca tres golpes a Matt Kuchar (66).
Fue el último partido del día un mano a mano Spieth-Kuchar. Uno quiere su tercer Grand Slam y el otro seguir con la racha de primerizos y de ganar sería el octavo. Hoy volverán a salir juntos. El campeón del Open USA, Brooks Koepka, está a seis golpes del líder, y el nº1 mundial Dustin Johnson y Cabrera, a 8.
Rafa está empatado con un resucitado DJ (64), nº1 mundial, retirado en el Masters y eliminado en el Open USA este 2017, y quien ayer, pisando pocas calles, fue capaz de sacar provecho de las condiciones favorables para meterse en el top ten. El defensor del título, Henrik Stenson (65), también suma 207, un golpe más que el gran protagonista del día, el sudafricano Branden Grace, autor de un histórico 62.
El canario reconoció que el final de su vuelta “acompañó, fue un empuje, subí puestos aunque fue más emotiva que otra cosa. Me da posibilidades para soñar un poco esta noche”. Tres birdies en los últimos seis hoyos dieron alas al canario, que dijo “haber sufrido y conocido partes del campo que no conocía”. Pero Rafa fue paciente y esperó sus oportunidades. “Al final han caído los birdies pero el torneo está en el control de Spieth, que ha ganado ‘majors’ y está jugando muy bien. Aunque si se lían el último día él y Kuchar darían opciones a una veintena de jugadores”.
Cabrera destacó que días como el de ayer “en los que no te acaban de salir las cosas, uno ha aprendido a aguantar, a ser paciente, a agarrarse al campo como pueda y a hacer score. Por goleada que el campo estaba más fácil y como se ha visto con Grace, se podía hacer un resultado como el que ha hecho”. La ovación que recibió en el 18 el canario le emocionó. “Da gusto que valoren lo poquito que he conseguido”.
Al final de la jornada, lo dicho, un sólido líder, Spieth, un perseguidor que hoy domingo no le pondrá las cosas fáciles, Kuchar, y un grupo de perseguidores que han de esperar sus fallos y ellos bordarlo. Cabrera parte desde la séptima posición compartida. Hoy tiene mucho que ganar y poco que perder. Haga lo haga, bien hecho estará.
Mejor García que Rahm
Vuelta arregladita pero a todas luces insuficiente de Sergio García. 68 golpes, con dos birdies en los primeros 9 hoyos y todo pares en los segundos, para 210 (par), en el top 20 pero sin opciones de victoria. “Sabe a poco porque era un buen día para hacer algo bonito, con el tiempo que hacía y el campo como estaba se podían hacer perfectamente seis bajo par. Yo al principio me he sentido bien, pero en los últimos hoyos me he notado el hombro cansado”, afirmó el castellonense en su 21º Open.
García era consciente de que para meterse en la pomada del Open había que hacer un vueltón ayer, y dejarse oportunidades claras de birdie, “no putts de cinco, seis o siete metros que Spieth sí los mete pero el resto de los humanos no, bueno, quizá dos de diez”. También felicitó a Branden Grace por su 62. “Es un jugador que cuando se pone es capaz de hacer cosas como esta”.
Muy frustrado acabó Jon Rahm, con el par y 213 (+3 en el total), y un bogey en el 18 para rematar una tarjeta para olvidar que le puso de muy mal humor pero haciendo de tripas corazón y mordiéndose la lengua respondió cortésmente a todas las preguntas de los periodistas.
“Ha sido una vuelta horrible, no hace ninguna gracia y no estoy nada contento. No he metido un putt y si no las metes... De tee a green he jugado de escándalo pero esto es golf y hoy no han querido entrar”, dijo el vasco, consciente de que el día estaba para hacer pocas, sin viento, con sol, y los greens blandos y receptivos tras la lluvia caída el viernes. Pero no era el día de Jon y en dos o tres hoyos pagó su frustración dando algún que otro estacazo con el palo que tenía en ese momento en la mano a la hierba.
Jon reconoció que tras fallar el enésimo birdie en el hoyo 17, en el 18 “tenía muchas ganas de terminar. Ha sido sin duda uno de los días más desesperantes en los greens desde que soy profesional”. Y no hubo más. Bastante hizo con responder porque con la cara pagaba