Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Empate meritorio para abrir boca
El Espanyol plantó cara ayer en un pulso vibrante y equilibrado con opciones para ambos, aunque el tanto del Sevilla pudo ser un gol fantasma
Banega, cara y cruz: con él, el Sevilla creció pero se autoexpulsó a 10’ del final
El Espanyol se estrenó ayer en la Liga con un empate trabajado y muy merecido ante un Sevilla que fue de menos a más. Punto valioso y justo pues ambos tuvieron sus ocasiones, mejor el Espanyol en la primera parte aunque la segunda fue de color sevillista gracias a Banega. El argentino salió y el once local dominó, pero se autoexpulsó de forma muy tonta, dejando su equipo en inferioridad.
Naldo, que jugó sus primeros minutos como blanquiazul, y
Diop fueron las dos novedades de Quique. El partido arrancó trepidante y el Espanyol, muy enchufado, mereció avanzarse en el marcador muy pronto.
En el minuto 2, Baptistao robó un balón en la medular y se fue como una ‘bala’ hacia el área local, pero el portero David Soria salvó el gol con dos intervenciones seguidas de mérito. La cruz para el joven meta es que se lesionó.
Primer aviso de un Espanyol serio y letal a la contra desde el primer suspiro. No hubo tregua. En el 7’, primer chut de Navas y buena respuesta del portero Pau.
El Espanyol no reducía la marcha y Gerard tuvo la segunda clara en el 11’. Gran centro de Piatti y el ariete se sacó un buen disparo.
El partido no tenía desperdicio, vibrante y con opciones en ambas áreas, pero mucho mejor posicionado el equipo catalán. Al filo del 20, primera ocasión clara del Sevilla con un obús de Nolito desde el extremo y un paradón de Pau. Y dos minutos después, otra acción clarísima del Espanyol para haberse avanzado. Tras otro buen centro de Piatti, cabezazo de Baptistao de primeras, que repelió Sergio Rico y el rechace ya no lo cazó el brasileño.
Se gustaba el Espanyol, sitiando a un Sevilla que no acababa de encontrar su lugar en un partido vibrante: 4 ocasiones claras en apenas 22 minutos lo resume todo.
Y cuando mejor estaba el once perico, mazazo. En el 27, llegó la jugada polémica. Córner que botó Muriel y Lenglet introdujo el balón en el primer palo. Los pericos reclamaron gol fantasma pero el 1-0 subió al marcador. Una pena.
El Sevilla se animó y Muriel tuvo el segundo gol en el 29’ y en el 31’, subsanando Pau el grave error de Naldo en la segunda ocasión del ariete local, uno de los fichajes.
Pero en el 53’ se hizo justicia. Baptistao calcó la jugada del minuto 2 y se fue como una ‘moto’
tras robar un buen balón en la medular. Se deshizo de hasta dos defensas locales y se sacó un chut cruzado imparable: 1-1. A la tercera, Leo logró el premio.
Se oyeron pitos en el Pizjuán, pues el Sevilla, con mucha pólvora arriba, se mostró muy blando en defensa y sin luz en la medular, muy deslavazado.
En la reanudación, el Espanyol siguió apretando y en el 50’ Gerard tuvo el segundo con un cabezazo picado que paró bien el portero.
Pero a partir del 54’ el escenario cambió radicalmente con la entrada de Banega, pues con él cambió la cara del Sevilla a mejor.
En el 61’, gran centro de Banega, combinando con Navas y Sarabia acarició el gol. El Sevilla se creció, pasando a dominar el partido de cabo a rabo ante un Espanyol atrincherado, a la espera de dar guerra a la contra. Cambió el partido con la entrada de Banega: un monólogo sevillista y los de Quique, sufriendo de lo lindo.
Así, en el 70’ tras una genialidad de Nolito, Muriel estrelló el balón en el palo y el rebote lo atajó Pau, seguro pese al acoso y derribo de los de Berizzo, ya superiores.
En el 80, Pau volvió a salvar al Espanyol pues abortó a bocajarro el chut de Muriel, una pesadilla.
El Sevilla apretaba pero su mejor hombre, Banega, le hizo un favor tremendo al Espanyol. En el 84’ dejó a su equipo con diez al ver la tarjeta roja por, en teoría, insultar al colegiado, que no dudó en enviarlo antes a la ducha.
En la recta final, el partido se calentó pero el 1-1 ya no se movió