Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Sin capacidad de sorpresa
S e antojaba complicado el partido ya desde el inicio. Cuando se comienza una temporada de Liga ante uno de esos rivales con menos nombre que realidad como es el Getafe, entender que un equipo como el entrenado por José Bordalás va a dar su brazo a torcer con facilidad parece cuanto menos complicado. Con un conjunto como el madrileño esperando cualquier error de los bilbaínos, lo cierto es que más allá de los nombres elegidos por Kuko Ziganda para iniciar el partido en la primera jornada, el dominio bilbaíno que podía intuirse debía haber sido con mayor continuidad de llegadas.
Muchas veces, a falta de eficacia en la definición, se puede acabar con un contrario a base de insistir e insistir para conseguir el objetivo a base del acoso y derribo. Quizás faltó algo de profundidad a través de movimientos de ir y venir, aunque el Getafe dificultó la labor de la escuadra local al afanarse en tapar líneas de pase hacia adelante. Apenas hizo concesiones.
A sí era difícil generar opciones de gol. Mientras tanto, los azulones conseguían asustar algo al Athletic a través de una opción que pudo acabar en gol bien solucionada por Kepa. Muniain y Susaeta se erigieron en los hombres más cercanos a poder desequilibrar algo el choque, Williams no consiguió disfrutar con su juego salvo en las contadas ocasiones en las que tampoco pudo acertar con la meta de Guaita. Sus disparos se perdieron a un costado de la portería madrileña.
Tras la entrada de Aduriz cuando se llevaba una hora de partido, además de la circunstancia de quedarse los rojiblancos con superioridad numérica ante su rival por la expulsión de Álvaro Jiménez, lo cierto es que el dominio fue más aparente que real con la consiguiente planicie en el ataque de los bilbaínos. Se intentó hasta el pitido final más con presencia que con pegada mientras al Getafe se le cerraba con claridad el objetivo no salir derrotado de un partido que habían tenido buen controlado hasta la expulsión.
Y es que hasta en eso el fútbol es caprichoso. A veces, al quedarte con un jugador menos se cierra un objetivo defensivo mucho más claro. Estas coyunturas fueron las que ayer acontecieron en San Mamés para un Athletic al que quizás aún le falte frescura.
A hí es donde los a los bilbaínos le faltaron recursos de juego, contagiándose quizás del ritmo que más le convenía a su rival, transmitiendo cierta sensación de desazón en el resultado de un partido trabado desde el comienzo del mismo. Siendo el comienzo de la temporada, nada preocupante. Hay mucho margen por delante