Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
LAS REVOLUCIONES DE KUKO
Ziganda ha agitado el once titular con numerosos cambios de un encuentro a otro en la tacada de cuatro compromisos anterior al parón Ninguna línea se ha librado de las rotaciones de un técnico que busca frescura y que tuvo su punto culminante con los siet
Vivimos en unos tiempos en los que todo se controla hasta el más mínimo detalle. Nada se deja a la improvisación. Ni siquiera en el deporte. De hecho en algunas disciplinas como en el ciclismo roza lo obsesivo con elementos como el potenciómetro. En el fútbol, algo parecido. El objetivo es alcanzar los meses decisivos del curso en la mejor condición posible. Para ello hay que repartir esfuerzos. Una gestión que se realiza desde el banquillo. El Athletic ha tenido unas primeras semanas de competición muy estresantes. Sin margen para el error en las previas y con la lupa puesta en las decisiones del nuevo entrenador.
José Ángel Ziganda se lo ha tomado con calma. Experiencia en el fútbol de élite le sobra. Es una época complicada de la temporada. Las fuerzas no están a tope, el calor hace mella y los automatismos se están interiorizando. Con la suma de estas variables y mirando al calendario, Kuko se ha erigido en el dosificador de la plantilla rojiblanca. El Athletic encaró cuatro compromisos (los dos ante Panathinaikos y los ligueros contra Getafe y Eibar) en once días. Acertar con el once del técnico ha sido una tarea imposible. La fotografía inicial en el cuadro bilbaíno ha estado movida.
Para la ida en Atenas, Ziganda apostó por el mismo bloque que había encarado la eliminatoria frente al Dinamo Bucarest. De hecho, contra los rumanos calcó su once. Y solo hubo una novedad en el equipo que dispuso en el Apostolos Nikolaidis. Lekue entró en la banda derecha del ataque en lugar de Susaeta. A partir de aquí, Kuko ha ido de revolución en revolución. Rotaciones preventivas para mantener frescas las piernas. Del primer compromiso contra el Panathinaikos al estreno liguero ante el Getafe, el de Larrainzar realizó cinco modificaciones en su once. Una por línea. Kepa se situó bajo el larguero. El de Ondarroa está jugando en Liga y Iago Herrerín, en Europa. Núñez y Etxeita siguen la misma dinámica. El jarrillero ha sido titular en la eliminatoria contra los helenos y el zornotzarra lo ha sido en el torneo de la regularidad. Laporte es fijo. San José hizo tándem con Beñat en la medular, Susaeta regresó al once y la sorpresa en el estreno liguero estuvo en la delantera. Williams sentó a Aduriz.
La lesión de De Marcos
La mirada del Athletic en la puesta de largo se centraba en las previas. Pese al 2-3 de la ida, Ziganda concedió máxima importancia a la vuelta contra el Panathinaikos. Presentó otros cinco cambios respecto al envite frente al Getafe. Uno de ellos fue obligado porque De Marcos se lesionó en el tobillo ante los madrileños. Las caras nuevas fueron Iago Herrerín, Lekue, Etxeita, Aduriz y un Córdoba que formaba por vez primera en la titularidad.
El descaro del extremo zurdo le valió para repetir en el derbi de Ipurua. Aquí se produjo la gran revolución de Ziganda. Curiosamente, antes de un parón. El míster introdujo a siete efectivos que no actuaron de partida contra los griegos en San Mamés. Solo repitieron Laporte, San José, Aduriz y el mencionado Córdoba. Saborit y Bóveda se estrenaron en esta campaña. Con el premio añadido de salir en la foto inicial. Kepa, Núñez, Williams y Raúl García también volvieron al ruedo y Vesga hizo pareja por primera vez con San José en la sala de máquinas.
Ziganda mira a futuro. No tiene un once definido. Únicamente es una toma de contacto, aunque sus rotaciones han sido significativas. Para que la muestra tome más peso habrá que esperar al atracón de partidos que tiene que afrontar ahora el Athletic. Desde que se mida el Girona en San Mamés el día 10 hasta que visite Mestalla el 1 de octubre, antes del próximo parón, disputará siete compromisos en 22 días. El fondo de armario se antoja vital