Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Iñaki prepara las ‘agujas’
No cumple su amenaza de marcar a Iraizoz, pero asiste en los goles de Muniain y Aduriz
Iraizoz cayó derrotado en su regreso a San Mamés. Y su excompañero Williams tuvo buena parte de culpa. La Pantera, como desveló en su entrevista a MD, ya había picado a su buen amigo Gorka en los días previos al encuentro: “Prepárate, porque te voy a vacunar”. No lo consiguió, pero sí preparó las ‘agujas’ a Muniain, su cómplice, y Aduriz, su referente, con las asistencias en los dos tantos que decantaron el choque a favor del equipo bilbaíno.
Era un día especial para el meta navarro. Y se notó desde el principio. Recibió los primeros aplausos cuando pisó el verde para calentar. De la hinchada local y visitante. Un aperitivo de lo que le esperaba al recitar las alineaciones. El speaker, que dejó a Iraizoz para el final, puso especial énfasis al pronunciar su nombre, y la grada correspondió con una ovación.
Un reconocimiento que, seguramente, le llegó al veterano portero. Pero no pareció despistarle de su cometido. De hecho, se le vio especialmente motivado. En los instantes previos al pitido inicial, tomó la iniciativa en el corrillo con el resto de titulares. Aprovechó ese momento para, a buen seguro, incidir en las advertencias sobre su exequipo. Sobre sus puntos fuertes y débiles. Poniendo toda su experiencia a disposición de sus nuevos compañeros. No paró de hablarles y gesticular con los brazos. Asumiendo el liderazgo.
Y una vez que empezó a rodar el balón, se centró en lo suyo. El mismo
La Pantera hizo lo que le pidió Kuko: “Si está en banda, sé que va a dar asistencias”
cometido de la última década. Proteger la portería de San Mamés. Pero esta vez la visitante. Empezó muy metido en el encuentro, dando indicaciones a sus compañeros aprovechando la perspectiva que le da su posición. No estaba teniendo muchos sobresaltos. Hasta que, en el ecuador del primer acto, recibió el primer pinchazo. Sin avisar. Era la primera llegada de los leones.
El vencedor
Williams sacó un centro desde la derecha que Muniain, entrando desde atrás, mandó al fondo de la red. El ahora portero del Girona llegó a sacar la mano, pero no desvió lo suficiente para evitar el tanto. Y en el arranque del segundo tiempo, la Pantera sirvió el 2-0 a Aduriz. Herrerín golpeó en largo, Williams la cazó y se la puso en bandeja al pichichi. Poco o nada se le puede reprochar al guardameta navarro en las dos jugadas que decidieron el duelo.
A Iraizoz le quedará la pequeña satisfacción personal de no haber sido batido por Williams. Pasada la media hora, estuvo atento para despejar a córner un balón rebotado en su defensa antes de que llegara una Pantera que ya estaba al acecho. Y en noventa, logró repeler el disparo del bilbaíno, aunque Sabin Merino estuvo a punto de hacer el tercero en el rechace. La estrelló en el palo.
El vencedor del duelo, en todo caso, fue el delantero, que cumplió con lo que le pidió Kuko: “Sé que quiere hacer gol, porque le conozco, pero es que es muy bueno. Si le pones arriba, sé que va a tener dos o tres ocasiones; y si lo pones en banda, sé que va a dar asistencias. Es una garantía. Es desequilibrante y hay que combinar en función de lo que tenemos”