Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Cintura y seducción
¿Dónde está el límite entre lo imprescindible y el desapego?, ¿hasta dónde pueden llevarnos las consecuencias de una filosofía malentendida desde la arrogancia y la suficiencia? Como todo en esta vida, el discurso que defiende aquello de que los que no quieran estar que se vayan -eso sí, cumpliendo a rajatabla sus contratos si al club se le antoja- también tiene sus peligros. Sobre todo cuando apenas queda margen para el diálogo y cualquier negociación se convierte en un plato de lentejas, que si quieres las comes y si no... Es muy positivo, enriquecedor y ayuda al fortalecimiento de tu filosofía el hecho de que la cantera atraviese por un momento especialmente dulce en lo que a promociones de cachorros con proyección se refiere. Y qué decir de la nómina de porteros que se van acercando al fútbol profesional, sin ir más lejos la actuación de Raúl Fernández en el Bernabéu habrá enorgullecido a más de un formador de Lezama y con razón. Pero una cosa es tener relevo y otra no apurar al máximo para convencer a tus mejores productos.
Situación preocupante
La situación de Kepa empieza a ser preocupante, por muchas razones. La más evidente y acuciante porque el 1 de enero está a la vuelta de la esquina, a pesar del optimismo patológico que desprenden tanto Urrutia como Ziganda cuando responden a la cuestión de forma escueta y cuasi evasiva en rueda de prensa. Y es que, al tratarse del portero del futuro en San Mamés, con lo que situarse bajo palos en el Athletic supone desde el inicio de los tiempos, la exposición del caso ante la afición y la masa social siempre es incontrolable.
De entre las reacciones posibles, no todas ayudarían al día a día del guardameta rojiblanco mientras esta negociación no prospere en cualquiera de las direcciones posibles. Los defensores de la directiva optarán por señalar al futbolista y puede que con más virulencia a su famosa agencia de representación y los partidarios de Kepa y los más críticos con algunas decisiones de Urrutia pondrán el acento en la escasa cintura del presidente.
A sabiendas de que el Ath le tic propone una cláusula eleva da en proporción ala ficha anual que le ofrece a Kepa, dicen que en la parte media de salarios de la plantilla, y que para colmo hoy en día 50 millones de euros apenas te blindan ante unos cuantos potentados europeos, resulta que ni el portero está convencido para aceptar la oferta ni el club podría quedarse tranquilo a corto plazo si así lo hiciese. Tal vez por eso la idea de Urrutia de fortalecer al club con un compromiso verbal por encima de cláusulas abordables.
El fútbol sigue cambiando ahí afuera y eso implica que el Athletic sea más vulnerable a consecuencia de las sacudidas del gran mercado internacional. Lo que antes parecía un escudo para intrusos parece haberse convertido en una invitación para marcharse, según el presidente rojiblanco. ¿Alternativas? No parece justo ni ecuánime que toda la responsabilidad vaya a recaer en el jugador de turno, algo deberá poner de su parte el club y no solo mucho dinero, como con Laporte. A igualdad de fuerzas en lo económico, ¿falta capacidad de seducción para renovar a unos cuantos y fichar a otros tantos?