Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
PARA DEMBÉLÉ
Un Messi arrollador lidera con un nuevo póker una goleada dedicada al francés, lesionado el pasado sábado en Getafe Leo encontró un nuevo aliado en Paulinho, que marcó el 2-0, clave, y fue otra vez protagonista junto a Denis
+15 en el ‘average’ El Barça sigue ampliando su registro goleador en la Liga con 17 tantos a favor y solo dos en contra
Ya veremos hasta dónde llega la racha del Barça de Valverde en este esperanzador inicio de Liga, con un expediente sin fallo, pero los números dan miedo. Con un Messi prodigioso, que destrozó al Eibar con un nuevo recital tras un arranque de partido espeso, todo es posible. Igual que en Getafe, pero bastante antes, Paulinho emergió y, junto con Denis Suárez, desencalló un partido que después la magia de Leo transformó en un 6-1 con póker del argentino además de los goles del brasileño y el gallego. Sus compañeros ofrecieron al lesionado Ousmane Dembélé la mejor dedicatoria posible.
Leo se dio otro festín, se encontró con Iniesta y Busquets en la jugada del 4-1, sublime, y tiene un nuevo socio en Paulinho, quien junto con Denis tuvo el premio de la titularidad en esta meritocracia del técnico. Deulofeu, en cambio, cerró su primera oportunidad de ganarse el puesto, sin Dembélé, con mucho infortunio: lo probó to do, le salió poco. Pero con este Barça y este Messi habrá días mejores.
Valverde había anunciado rotaciones y no mintió. Dejó a Luis Suárez, necesitado de descanso pese a lo cual no rotó hace semana y media con su selección, en el banquillo y Denis y Deulofeu, que aparentemente se jugaban una plaza en el once, formaron con Messi un tridente inédito. Paulinho estrenó titularidad y, en defensa, volvió Mascherano y descansó Jordi Alba, que hasta ahora parecía biónico, en beneficio de Digne.
De entrada, el Eibar no salió en plan víctima. Quedó claro muy pronto, al evitar Ter Stegen el 0-1 en un mano a mano con Enrich tras pase de Juancar a la espalda de Piqué. El conjunto vasco apretaba arriba, dificultaba la salida de balón azulgrana y no permitía que el centro del campo del Barça, impreciso, tuviese un dominio del juego.
Al contario, el dominador inicial era el Eibar cuando, en una internada de Semedo con pase de Iniesta, Gálvez trabó por detrás al lateral y cometió un penalti absurdo que permitió a Messi poner el 1-0 en el marcador. Al Barça le costaba superar las líneas de presión del Eibar, que dibujó un disciplinado 4-2-3-1, y le faltaba frescura y precisión en el juego, pero Dmitrovic tuvo que lucirse dos veces en sendos chuts de Messi, que como ‘falso nueve’ parecía añorar a su compadre.
Y, en estas, nada por aquí, nada por allá, que apareció Paulinho y remató de cabeza a gol un córner lanzado por Denis. Otra vez la dupla de Getafe. El brasileño es de esos jugadores que, de vez en cuando caen en el Camp Nou y lo hacen de pie. Tiene el perfil, por pundonor y un espíritu de lucha que compensa cierta hosquedad, para ganarse al peculiar público azulgrana. Así fue. Deambulaba en el interior derecho y, un instante después, el Camp Nou coreaba su nombre tras el 2-0. Además, se entiende con Messi, con el que llegó a intercambiar posición. Aunque no acabe de jugar con brillantez, este Barça concede pocas ocasiones. Es sólido a pesar de algunas pérdidas y esa solvencia le permite hacer daño a la contra con aceleraciones brutales. Así llegó el tercero, de Denis tras recoger el rechace del meta tras jugadón de Messi, que había quedado habilitado porque Paulinho había dejado pasar un pase de Mascherano.
Busi, Andrés y Leo: magia
Acababa de meterse el Eibar en el partido con gol de Enrich a centro de Juncà tras ganar la espalda a Piqué cuando Busquets, Iniesta y Messi se encontraron entre líneas cerca del área del Eibar, en una triangulación deliciosa propia del mejor Barça de la historia, con pase maravilloso de Busi a un hueco inexistente y remate ajustado final de Leo. La jugada del 4-1 fue para enmarcar. Y, acto seguido, el quinto en una contra en la que combinó con Paulinho, ya completamente desatado con espacios a la espalda de un Eibar algo descompuesto. Pudo marcar un segundo tanto en sendos tiros al palo de Peña y Charles, pero fue Messi quien, entre ambas acciones, completó el poker a pase de Aleix Vidal