Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Bálsamo para la primera herida
El Sevilla recibe al rival más flojo del grupo con la idea de hacer olvidar la primera derrota de la ‘era Berizzo’ en el Wanda
Ante el rival teóricamente más flojo del grupo y sabiendo que el punto sumado en Anfield ante el Liverpool fue de oro puro, el Sevilla recibe en la segunda jornada de la fase de grupos de la Champions League la visita del Maribor esloveno, un adversario amable para quitarse el disgusto de la primera derrota oficial de la era Berizzo. El 2-0 recibido en Wanda, que le ha supuesto al equipo andaluz perder la segunda posición de la tabla, ha escocido en la afición, que recuerda ahora que muchos de los puntos que luce su equipo en la Liga no se corresponden con el juego exhibido, por ejemplo en Getafe o Girona, por mucho que haya escuchado de boca de los protagonistas que son campos en los que “no ganarán muchos equipos”.
La visita del Maribor en una noche Champions, la primera de esta la tercera temporada consecutiva del Sevilla en el torneo, se presume festiva o al menos reparadora más allá del pensamiento y la responsabilidad de estar ante uno de los dos partidos del grupo en los que los de Berizzo no pueden fallar. La superioridad sobre el Maribor, por plantilla y presupuesto, es manifiesta, por lo que todo lo que no sea una victoria, y cómoda, será plantar la semilla de la inquietud en el estadio nervionense, que ya recibió en la edición 13-14 la visita de este equipo en los 1/16 de final de la Europa League, la primera de las tres que ganaría con Emery al frente disputando la final ante el Benfica en Turín. El 2-1 del partido de vuelta certificaba una clasificación que parecía haberse complicado en Eslovenia, donde el Sevilla, que había remontado, cedió casi al final un empate (2-2) que dejaba un hilo a la inquietud para el duelo decisivo en Nervión. Sólo quedan de aquella plantilla dos futbolistas, Nico Pareja y Carriço.
Berizzo, una vez que ha recuperado a Kjaer, Escudero y Nolito, tiene a toda la plantilla a su disposición, por lo que además se prevén las habituales rotaciones con las que el argentino ha iniciado la temporada (de ocho en ocho incluso). No obstante, ha descartado que Muriel y Ben Yedder, pese a la debilidad del rival, jueguen juntos. No quiere confianzas.
“Para ser favorito hay que demostrarlo. En la teoría no sirve de nada. El Maribor es un rival difícil. Tenemos que elegir bien y aportarle a la posesión la profundidad para hacer daño. Hay que hacerse fuerte en casa”, dijo el ex técnico del Celta, que, perdida su primera batalla seria en el Wanda, necesita un bálsamo para las heridas