Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Os estáis equivocando
El enfoque televisivo sobre el caso de Piqué en la selección es absolutamente erróneo
Deportes Cuatro, Antena3Deportes, Jugones, El Golazo de Gol… Todos se recrearon ayer en la hostilidad que Gerard Piqué había sembrado en la selección y entre la afición. El lenguaje, tanto verbal como visual, utilizado en todos los programas era el mismo: el máximo espectáculo se centraba en los espectadores del entrenamiento, a los que se daba absoluto protagonismo y se transcribían y mostraban con mucha claridad sus barbaridades e insultos: “¡Piqué, cabrón, España es tu nación!”, “¡No te queremos en el Mundial!”, “¡Piqué, cabrón, fuera de la selección!”, “¡Desgraciado, vete a tu casa!”. Incluso enseñaron los aplausos que recibió un señor por llamarle ‘vomitivo’. Ya puede salir Josep Pedrerol en El Chiringuito haciendo pucheritos pidiendo calma: su Jugones es el ejemplo más claro de estigmatización a ciertos deportistas por razones ideológicas. Decía ayer: “Piqué vota en el referéndum y hoy estará con España. Xavi critica la violencia en España y vive en Qatar. Menos mal que siempre nos quedará Rafa Nadal”. Los tres deportistas han expresado sus opiniones políticas con educación y templanza. Pero Pedrerol indica a la audiencia cuáles son los malos y problemáticos y cuál es el razonable y ejemplar.
El relato periodístico que todos los informativos tienen en común está claro: Piqué es la fuente de conflicto, provocadora y desestabilizante, mientras que los insultos y demás barbaridades, la simple consecuencia lógica. Este error en el enfoque informativo denota algo que viene de lejos en España: la falta de cultura política, que convierte la discrepancia en algo negativo y, por lo tanto, reprobable. Lo que se desprende de estos planteamientos periodísticos tan sesgados es que la actitud de Piqué es condenable e incluso censurable, mientras que los insultos resultan inevitables y justificados. Es decir, si Piqué se calla, se acaba el problema. Si Piqué habla (como lo hace Nadal, por ejemplo) la gente se alborota con razón. Os estáis equivocando a la hora de señalar culpables: El problema no es Piqué. Es la gente intolerante y llena de odio