Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

Piqué, un día más en la oficina

Se repitió la historia y pese a que también hubo aplausos, fue silbado cada vez que tocó el balón

- Edu Polo

España salió a calentar al césped del Rico Pérez bajo los compases del “Que Viva España” de Manolo Escobar, que se está convirtien­do de nuevo en un clásico en los últimos partidos de la Roja. En primera instancia, la presencia de Piqué, como al llegar al estadio, pasó bastante desapercib­ida. La ovación a todo el equipo camufló cualquier posible recibimien­to al central azulgrana. Pero fue un espejismo.

Poco antes de empezar el encuentro, se anunciaron los onces por megafonía. Se hizo por orden de dorsales, por lo que tras De Gea llegó el nombre más esperado, el de Piqué. Y se repitió la división de opiniones que se había vivido la víspera, con aplausos por parte de un sector del público y pitos por parte de otra. En cambio, Sergio Ramos fue el más aplaudido y cuando se anunció el nombre del capitán blanco la unanimidad fue total.

La siguiente ovación fue para Manolo el del Bombo, que incluso saltó al césped poco antes de que lo hicieran los 22 protagonis­tas. Después de que le hubieran robado su preciado bombo hace unos meses y de que fuera recuperado por la policía unas horas después, ayer recibió el homenaje de la afición alicantina.

Piqué y Ramos realizaron juntos todo el calentamie­nto y segundos antes de que empezara el encuentro dejaron una imagen muy significat­iva, un sentido abrazo entre ambos para certificar lo declarado por los dos durante la semana, que su relación personal es excelente.

Cuando el azulgrana tocó el primer balón, de nuevo pitos y aplausos. Y así cada vez que Piqué tocaba el esférico, aplausos por un lado y silbidos por el otro. Un día más en la oficina para el central azulgrana, parafrasea­ndo uno de sus ‘tweets’ más famosos.

Aunque la división en las gradas era evidente, los silbidos siempre suenan más que los aplausos y la sinfonía se repetía una y otra vez cada vez que Piqué entraba en acción. Sólo hubo silencio cuando cayó al suelo a causa de una falta del albanés Llullaku, que le costó la tarjeta amarilla. En ese momento incluso se escucharon los aplausos del Rico Pérez para el jugador catalán.

En las gradas, entre el público que silbaba y aplaudía, seguían el choque los padres de Piqué, ya habituados a esta situación, aunque incómodos

El central azulgrana y Ramos se abrazaron segundos antes de empezar el choque

Paquito el Chocolater­o y el Que Viva España, la nueva banda sonora de la selección

por la situación.

A medida que llegaron los goles de España, un sector de la afición se empezó a olvidar de Piqué y se dedicó a disfrutar del juego de la selección. Eso sí, tras lo sucedido en los últimos días en Catalunya, en las gradas hubo más banderas de España que nunca, se cantó de forma reivindica­tiva aquello de “yo soy español, español” y sonó varias veces el “Que Viva España” de Manolo Escobar. Y alguno no dejó de pitar a Piqué en todo momento, aunque la selección estuviera goleando.

Con el partido ya resuelto, muchos se olvidaron de Piqué y otros siguieron pendientes del azulgrana, pitando cada vez que tocaba el balón. Fue sustituido en el minuto 59 y se marchó, una vez más, entre pitos y aplausos. Hubo más aplausos, pero suenan más los pitos.

Al descanso sonó otro ‘hit’ por cortesía del DJ, Paquito el Chocolater­o, muy celebrado por la grada. Junto al Que Viva España, ambos temas se han convertido en la nueva banda sonora de la selección. Ya sonaron en el Bernabéu ante Italia

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FOTOS: SIIRVENT/AP/GETTY Gerard Piqué fue, una vez más, el centro de todas las miradas. Empezó muy silbado y cuando fue sustituído hubo pitos y aplausos por igual
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