Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
75 minutos de infarto
MD estuvo presente en las asistencias de Hyundai y Toyota, su momento más tenso
Un piloto no puede ganar sin grandes mecánicos. Son los que hacen que se sienta seguro y fuerte encima de su coche. Batalla contra el crono por ellos, consciente de su trabajo constante y de la gran cantidad de horas que pierden para dejar su prototipo siempre en perfecto estado a su salida del parque de asistencia. Golpes, suciedad y averías son el pan de cada día de estos ‘enfermos’ del motor, que un día decidieron dedicar su vida a arreglar unas máquinas que enamoran a su paso por tramos de todo el mundo, y que en Catalunya tienen un reto añadido.
Para equipos y pilotos, el RallyRACC es una prueba especial, ya que es la única cita del calendario que se corre en superficie mixta (tierra y asfalto). Eso hace que el número de test para preparar este fin de semana sea mayor en comparación a otro rally y el piloto tenga que ser constante en dos terrenos distintos, algo siempre complejo. Pero en el caso de los mecánicos, la presión es extra, ya que después de la primera etapa de tierra, deben modificar el coche para el asfalto en sólo 75 minutos.
En menos de lo que dura un partido de fútbol o una película, estos héroes a la sombra viven su propia lucha contra las agujas del reloj para ponerlo todo a punto. Esto es lo que se vio precisamente ayer por la tarde, algo conocido por los fans de los rallies, que llenaron el ‘Service Park’ para ver y tomar la mejor imagen de algo único.
Por este motivo, MD tuvo la oportunidad de colarse en la asistencia de equipos como Toyota o Hyundai. En este último equipo, el jefe, Michel Nandan, nos desveló todos los detalles de una tarde que se prepara con mimo durante semanas. “Los chicos cambian todas aquellas piezas que no son compatibles con el asfalto. Se trata de toda la suspensión, en los cuatro lados, igual que las ruedas, llantas, amortiguación, frenos y otros elementos”, comentó Nandan, comparando dichas modificaciones con un pequeño puzle, ya que “lo hacemos con piezas ya montadas y todo está preparado”.
“El coche se levanta y montamos, por ejemplo, los frenos con sus pinzas y amortiguación como si se tratara de una pieza única, pero antes de hacerlo hay que cambiar la transmisión, con cambio y diferen- cial distintos”, añadió Nandan.
La reglamentación hace que sean sólo ocho los mecánicos que puedan trabajar cada dos coches, y suelen trabajar primero en un prototipo y luego en el de su compañero. Es una operación sincronizada que “entrenamos en la fábrica”, lo más pareci- do a una coreografía en la que cada uno sabe lo que debe hacer y el mo- mento exacto para realizarlo. A esto hay que añadirle los cambios nor- males que de cada rally. “El viernes por la tarde del Rally Catalunya es el peor momento de todo el año para sufrir un problema en un coche, porque el trabajo se acumula”. Ner- vios, tensión y prisa. Lo más pareci- do a una intervención quirúrgica a los coches para que el piloto pueda hacer lo que sabe sin problemas, eso sí, siempre consciente de su respon- sabilidad: en su volante lleva la ilu- sión y el trabajo de todo un equipo
Todos los equipos prepararon los coches para el asfalto en un tiempo récord