Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
EL LÍDER NO SE ARRUGA
Partido de alto nivel entre un buen Atlético que defendió con sus armas el gol de Saúl y un Barça enorme que mereció más Messi estrelló una falta en el palo y Luis Suárez, de cabeza, premió el buen juego y la insistencia de un gran líder
El ambiente estaba excesivamente politizado, pero cuando Atlético y Barça se retan el fútbol se impone a todo, con estilos distintos, entrega total y emoción. Su primera cita en el Wanda Metropolitano fue como las últimas del Vicente Calderón: un partidazo. Más conservador el conjunto de Simeone, defendiendo con uñas y dientes el golazo inicial de Saúl, y dando una gran imagen de líder la escuadra de Valverde, que jugó y creó ocasiones para ganar, pero que se conformó con un puntazo gracias al empate de Luis Suárez. Messi, que estrelló una falta en la cruceta, tuvo otra desde la frontal para el 1-2 en el 92’, pero no engañó a Oblak.
Valverde sorprendió de entrada con la titularidad de André Gomes, que acercó al Barça todavía más al sistema 4-4-2 que más convence al técnico una vez que se fue Neymar y que se lesionó Dembélé. Búsqueda del control con la posesión y líneas juntas, con más precauciones defensivas de lo hab itual.
Simeone no buscó ningún golpe de efecto con su once ni con el esquema: presión formidable y velocidad entre líneas de Griezmann, Correa y Carrasco.
El factor sorpresa le permitió al Barça intimidar de inicio. En la primera jugada, a los 30 segundos, una internada de André Gomes acabó con una pared entre Messi y Luis Suárez y remate del argentino ya desde el área pequeña que no entró por milímetros. Un disparo de Iniesta en el 3’ a las manos de Oblak, confirmó el buen arranque del Barça. Pero ahí se acabó la producción ofensiva .
Varias pérdidas de balón encadenadas en la salida desde atrás, algunas absurdas, otras motivadas por la buena presión del Atlético, transmitieron intranquilidad al Barça. Y Griezmann lo aprovechó para poner a a prueba a un gran Ter Stegen. Primero con la derecha y luego con una gran jugada personal que desbarató el portero alemán con el pie. Sucedió en dos minutos (8’ y 9’) y sirvió para que el Barça fuese consciente de que si no aumentaba la concentración iba a sufrir.
A partir de ese momento las posesiones fueron más largas, pero menos arriesgadas, con el Atlético esperando en su campo tras el desgaste físico inicial. Pero cuando parecía que el Barça tenía el control, no fue necesaria ni una contra para que el partido se abriera. Saúl, zurdo, se sacó un derechazo sorpresivo desde la frontal en una acción sin aparente riesgo, pero que entró en la portería ajustado a un poste a media altura.
El 1-0 fortaleció el plan defensivo del Atlético, firme hasta el descanso ante la circulación de balón infructuosa del Barça. Messi acabó desquiciado con el bosque de piernas que cerraba su paso y la permisividad habitual de Mateu Lahoz.
En la segunda parte el Barça asumió más riesgos.con los laterales más adelantados y Piqué y Umtiti multiplicándose para evitar el gol en contras ya de uno contra uno. Pudo salir bien en un disparo de Suárez que despejó Oblak y una falta que Messi estrelló contra la cruceta. Pero también Griezmann estuvo cerca del 2-0 y Piqué salvó un mano a mano con Correa. Quedaban 30’ y el partido estaba abierto.
Valverde fue a por todo con Deulofeu y Sergi Roberto por Iniesta y Semedo justo después de que Suárez reclamara un penalti por manos de Savic. El Barça atacó al final con un tridente formado por Deulofeu, Suárez y Gomes, por la izquierda, con Messi de mediapunta. Y el argentino volvió a poner a prueba a Oblak en el 62’ y en el 70’ se le escapó el 1-1 por un palmo. No era su día.
El Barça llegaba, el Atlético estaba cansado, pero en los últimos metros se acusaba la Messidependencia. O marcaba Leo o no lo hacía nadie. Hasta Umtiti lo intentó .
Paulinho entró por Rakitic a diez minutos del final y Oblak salvó el 1-1 de Suárez con la punta de los dedos tras gran jugada de Deulofeu. Fue el anticipo del 1-1 del uruguayo: gran centro de Sergi Roberto y cabezazo picado del uruguayo
Simeone se jugó la carta Fernando Torres, pero el 1-2 estuvo más cerca que el 2-1 en dos acciones de Luis Suárez, la primera tras buena jugada de Deulofeu y André. Y Leo Messi tuvo la última, una falta desde la frontal que detuvo Oblak