Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Una extraña vuelta a ‘casa’
Txingurri sufre para romper su gafe en San Mamés ante una afición volcada en animar a su equipo
Ernesto Valverde vivió una extraña vuelta a casa en San Mamés. El propio Txingurri reconoció que se le había hecho “muy raro”. Más que en sus anteriores regresos a Bilbao como visitante. Esta vez, a diferencia de los anteriores, sí logró llevarse la victoria. Aunque sufrió para romper ese gafe ante una afición volcada en empujar a su equipo sin detenerse en que el inquilino del otro banquillo era el entrenador con más partidos en la historia del Athletic. El que le llevó a la Champions, a una final de Copa y a conquistar la Supercopa. En ambos casos, como es habitual en el fútbol, primó el presente.
Lo había advertido en su comparecencia previa. Antes de empezar el partido no es momento de mucho contacto con el rival. Por muchos lazos sentimentales que te unan a él. Precisamente por eso son aún menos aconsejables. De modo que, al saltar al césped de San Mamés, se limitó al saludo protocolario con José Ángel Ziganda para dirigirse a su banquillo. Esta vez al de la derecha.
Durante la primera mitad, pasó la mayor parte del tiempo en pie y con las manos en el bolsillo, sin traspasar nunca los límites del área técnica. De cara a la galería, al menos, transmitía tranquilidad. Dio alguna instrucción puntual a sus jugadores, sobre todo en los momentos en los que más achuchó el Athletic, haciendo correcciones, animando a Alba a tirar por la banda cuando llegó a su altura tras robar en defensa. También hizo algún aspaviento en alguna que otra falta en contra. Pero sin salirse de su habitual serenidad. Ni siquiera con el gol que adelantaba al Barça. Se dio la vuelta, se dirigió al banquillo y bebió un trago de agua. Seguro que fue un alivio, pero lo disimuló muy bien.
En la segunda mitad se le vio bastante más tenso. Contrariado en determinados momentos. Los blaugranas no conseguían controlar la situación pese a la ventaja en el marcador. A los cuatro minutos se puso por primera vez de cuclillas,
Discreta reacción en los goles del Barça, giro hacia el banquillo y trago de agua
postura que muchas veces tomaba cuando no lo terminaba de ver claro. Y en el 65 salió por primera vez del área técnica para pedir a los suyos que apretaran.
La cosa se iba poniendo tensa. Aprovechó varios momentos en los que el balón salió de banda para corregir a sus defensas. En uno de ellos intercambió unas palabras con Piqué. Pero seguía sin convencerle lo que veía. Tras una ocasión de Córdoba, que remató ligeramente alto, se dio la vuelta y negó con la cabeza mientras se dirigía al banquillo. No respìró hasta el gol que sentenció en el descuento. Aunque volvió a tener una reacción similar. Ni un gesto antes de dirigirse al banquillo para dar otro trago de agua. Tras el pitido final del colegiado, otro saludo con Kuko y para dentro