Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
El Madrid, bailado entre ‘olés’
La hinchada no cesó de animar y acabó por hundir a los blancos
A diferencia de lo que ocurre a menudo, en la salida del metro no hubo reventa porque nadie quiso perderse el decisivo encuentro entre el Tottenham y el Real Madrid: “Compro entradas”, se escuchó durante toda la tarde en Londres. Pocas veces Wembley presentó una mejor entrada, si bien pocas veces los de Pochettino se habían jugado tanto. El estruendo de la hinchada correspondió con la grandeza de la cita y del escenario, nunca antes pisado por el conjunto blanco, acompañado por 3.200 madridistas, entre los cuales también estuvieron Raúl y Roberto Carlos.
Reza el lema del Tottenham que atreverse es lograrlo. Y lo consiguió, fiel a la idea que le hizo crecer. Anoche, además, acabó por coronarse y se hizo mayor ante un Real Madrid que capituló por segunda vez consecutiva, sin demasiadas noticias de Cristiano a pesar de su postrero gol, viva imagen de la desesperación que sufren los de Zidane. Todo lo contrario que los locales, lozanos en su fútbol. Decían que a los de Pochettino les faltaba personalidad en el templo inglés, donde están de alquiler durante esta temporada, pero ante el cuadro español se quitaron esa losa de encima y refrendaron su primera posición en el
A pesar de su gol, Cristiano Ronaldo fue la viva imagen de la desesperación blanca
grupo de la Champions.
Si anteayer fue la noche de terror del Atlético, ayer al Madrid le duró la resaca de Halloween. Los dos goles de Alli desataron a la hinchada del Tottenham, que se arrancó con cánticos de ‘olé, olé’ tras el tercer gol de Eriksen, con tono incluso burlesco hacia su ri- val, que acabó abatido. Más o menos como Florentino Pérez, que desde el palco resopló en varias ocasiones, preocupado por la imagen del equipo.
Los blancos empujaron en el tramo final, reacios a entregarse, pero entonces el público de Wembley reaccionó con su mejor versión, activo e incondicional en su apoyo a los pupilos de Pochettino, que no dejó de gesticular durante todo el segundo tiempo, consciente de la importancia de la victoria. Ante el silbido final, el estadio se vino abajo. El Madrid sigue sin encontrarse. El Tottenham les dio otro repaso