Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Aritz siempre aparece
Su cabezazo salvador premia la laboriosidad ofensiva
En una noche de necesidades imperiosas, de hacer los deberes para no quedar descolgado del sueño europeo, el poderío ofensivo iba a ser vital. Y foco de atención informativo. Era una jornada para que los Aritz Aduriz, Iñaki Williams, Raúl García, sin olvidar a Iñigo Córdoba -muy bien en la segunda mitad-, volvieran a emparentarse con el gol, tradición muy asociada a su paso por la Europa League. Y el 20 estuvo de nuevo de 10.
Claro que para que esa vertiente decisiva resultara tal había que ver cómo se gestionaba la prisa -más bien la ansiedad-. Se esperaba un inicio rojiblanco al abordaje, como reclama momentos así. ¿Y se cumplió? Relativamente. Desde el inicio se apreció una presión alta casi enrabietada que se fue atenuando. Una enorme jugada de Córdoba, acabó en un pase de Williams a Lekue, que forzó un córner. El equipo bilbaíno palpiltaba, transmitía.
Sin embargo, no se fraguaban ocasiones claras. Había acercamientos, pero pocos remates. Eso sí, Williams soltó un zurdazo que repelió el meta Keita. La soldadura sueca a base de tres centrales, la conformación de una tupida red, dejaba pocos resquicios... Hasta que el meta se destapó con un paradón a cabezazo de Aduriz tras un centro de Lekue.
Fue lo mejor de un primer tiempo en el que la compresión sueca -todos se alistaban en el área cuando había un córner- dificultaba la labor rojiblanca, animosa en la misma medida que escasa de eficacia. Cualquiera podía pensar que aunque solo fuera por erosión la lata se abriría en algún momento, pero los suecos mostraron colocación y un manejo del cuero que no se le presuponían, seguro, cuando se conoció que el Athletic se mediría al Östersunds.
La insistencia rojiblanca fue evidente, pero por el momento sus delanteros pinchaban, pero no horadaban. ¿Acaso Keita iba a hacer algún regalo como en la ida? En la primera parte cometió un error en el área que subsanó, pero que le pudo costar muy caro. Manos blandas en un lance curioso.
¡Raúl García la tiene!
Con el segundo periodo, el panorama no cambió. Un gran centro de Córdoba lo marró en boca de gol Raúl García. ¡Increíble! Como seguía sin haber gol, Ziganda apostó por Susaeta en lugar de San José. Se ne- cesitaba chispa visto que el ritmo no era muy intenso.
Parecía que el partido estaba sombrío hasta que apareció Aduriz para cabecear un balón escupido por el larguero a remate de Raúl García. Éxtasis. La entrada de Rico buscó apretar los dientes en la medular
La insistencia erosionó a un cuadro sueco organizado con multitud de defensas