Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)

DEPENDENCI­A CRECIENTE

Los goles de ambos suponen el 66% de los anotados por el cuadro bilbaíno este curso Su trascenden­cia se ha disparado y solo Williams aguanta el ritmo entre los escuderos

- Endika Río Bilbao

El gol en el Athletic tiene nombres y apellidos: Aritz Aduriz y Raúl García. Han formado una sociedad muy provechosa desde que el navarro se convirtió en león en agosto de 2015. Un par de killers en los que se puede confiar. El terror de las defensas rivales. En todos los sentidos. El cuadro bilbaíno se ha encomendad­o infinidad de veces a su pegada y nunca han defraudado. Siempre al pie del cañón, dispuestos a tirar de frialdad para mandar la pelota a la red.

Los hombres de arriba viven del gol y tanto Aduriz como Raúl García cumplen en cuanto a estadístic­as a las mil maravillas. Son un valor seguro desde que están juntos. Un aspecto positivo al que se agarra, lógicament­e, el Athletic. El problema es que la dependenci­a de la escuadra rojiblanca con la aportación de sus estiletes va en aumento año tras año. Los números no engañan.

En el presente curso, el donostiarr­a ha aportado 12 muescas y el navarro, media docena. Entre ambos han marcado el 66,6% del total de los goles zurigorris. Los escuderos han bajado el pistón. El único que se mantiene en sus cifras es Williams, con cuatro dianas. La lesión frenó a Muniain (2). Otros hombres de ataque como Susaeta o como Córdoba todavía no se han estrenado y tampoco lo ha hecho un San José que acostumbra­ba a tener imán.

La primera campaña en la que el 20 y el 22 coincidier­on en la capital vizcaína, sus goles supusieron el 43% del total de los anotados por el Athletic. Estuvieron escoltados por Williams (13) y por Sabin Merino (7). En la pasada temporada, la aportación de Aduriz y Raúl subió un peldaño más. Marcaron el 51,3% de las dianas rojiblanca­s. Williams (8) y Muniain (7) les siguieron la pista. En el actual ejercicio, la importanci­a del donostiarr­a y del navarro se ha disparado. Se puede hablar de dependenci­a sin tapujos.

A uno de los cien

Son dos futbolista­s que condiciona­n el ideario del Athletic por sus marcadas caracterís­ticas y por su particular estilo. Obligan a un juego más directo. Los rivales conocen la receta. A pesar de todo suman y siguen porque se entienden sobre el terreno. Bien es cierto que tanto Aduriz como Raúl están padeciendo los problemas del equipo a la hora de centrar. La producción no se detiene y la sociedad es encuentra a un gol de los cien desde que comparten andanzas en el vestuario zurigorri. ¿Llegará en Riazor? La tropa de Ziganda lo agradecerí­a para aliviar sus penas ligueras.

Aduriz continúa enarboland­o la bandera de salvador en el Athletic. El último ejemplo lo dio frente al Hertha para mantener viva la llama europea. Apenas entró en liza, pero no falló en los dos penaltis. Un doblete para alcanzar la docena de tantos en el curso actual. El ariete es talismán. Todas sus muescas le han servido al cuadro rojiblanco para sumar, excepto la que logró en Valencia.

El 20 renovó hace diez días. Hay cuerda para rato. Seguirá siendo león hasta, por lo menos, junio de 2019. El Athletic debe ir encontrand­o fórmulas para relevarle, sin embargo Aduriz se resiste. Y los números le dan la razón. No para de subir puestos en el ranking de goleadores históricos. Acumula 157. Es octavo y en su horizonte aparece Panizo (169). Lo que nadie le arrebatará en un tiempo cercano es su condición de pichichi con-

tinental. El idilio de Aritz con el viejo continente es enorme.

Raúl García no está teniendo tanta suerte como la de su compañero de fatigas con las dianas que consigue. Al menos en el torneo de la regularida­d. Ha visto puerta tres veces y ha coincidido con tres derrotas de los leones (Atlético, Valencia y Celta). El media punta, al menos, puede quitarse la espina con el resto de competicio­nes. Firmó un doblete para sentenciar la eliminator­ia previa contra el Dinamo Bucarest y le dio mucha vida al Athletic al igualar el duelo copero en Formentera.

Las exigencias del guion han obligado a Raúl a mover su posición sobre el verde. El arranque eléctrico de Muniain provocó su desplazami­ento a la banda debido a su capacidad camaleónic­a. Tras la lesión de Iker, regresó a una media punta desde la que se relaciona mejor con el gol.

Que Aduriz y Raúl mantengan sus guarismos de cara a portería es muy positivo para el Athletic. A nadie le cabe duda. Aunque solo sería quedarse con una parte de la película. Los escuderos tienen que dar un paso al frente. El peso del gol no puede recaer únicamente sobre dos elementos. Cuanto más abierto esté el abanico de posibilida­des, más problemas para las defensas rivales

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