Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
FUNAMBULISMO MATINAL
Riazor se presenta como una plaza idónea para empezar a crecer y evitar que el alambre se rompa El triunfo rojiblanco pondría tierra de por medio con respecto a un Depor que puede acusar sus bajas
Después de la efervescencia del pasado jueves a lomos de la vertiente heroica, el Athletic está metido de nuevo en su universo, un mundo de dudas, de incertidumbres, de temor a la caída al vacío. La estación del sufrimiento pasa por Riazor (beIN LaLiga, 12.00 horas, González González), donde caer con facilidad ha sido norma en muchas ocasiones a lo largo de la historia. A pesar del precedente del pasado año, en el que los rojiblancos se adueñaron del partido para obtener su primer triunfo después de dos reveses seguidos -Sporting y Barça-, el feudo gallego es de los que dan miedo. No se encuentra a gusto el Athletic en unos dominios que parecen de meigas.
Y en esta ocasión puede pasar algo similar. No tanto por la enjundia de un oponente con una trasera sufriente -encaja goles con demasiadas facilidad- y a un solo punto de los leones, como por la sensación permanente que ofrece el equipo de Ziganda. Se suma a esta realidad el hecho de que apenas ha habido tiempo para la recuperación después de la victoria ante el Hertha, pero las rotaciones estarán servidas. De forma un tanto profusa, es de esperar. Además, ya dijo Iturraspe que el conjunto bilbaíno está muy fino en el aspecto físico. Si a eso sumamos que de moral ha temperatura anímica tiene que estar en fase ascendente...
Ausencias gallegas
Pero a esa presunción habrá que añadirle juego, un tesoro que está bajo siete llaves a lo largo de la campaña. No se le ve, quizá se le espere en la mente de los optimistas, y solo asoma por momentos. Y ya lo puede hacer en esta matinal, porque de lo contrario el acceso a los puestos del infierno estarían más cercanos.
El peligro, por tanto, es evidente. La cuestión es que este Depor está marcado por la falta de resolución defensiva, por las zozobras y acude a esta cita con sensibles bajas. En la defensa no va a estar Luisinho, además de Sidnei -Juanfran entró a última hora-; también se ausentarán Guilherme y Bakkali. Y aun así a uno le da miedo que en Riazor aparezca un Athletic deslavazado, gruyere en la zaga, como ocurrió en Balaídos, desordenado... Pero vamos también a
ser optimistas y pensar que, por fin, se ve a un equipo que sabe bien lo que quiere hacer, que ataca con criterio y defiende con contundencia. Y, por favor, que no haya empanada inicial.
Muy enchufados
Por eso se necesita que todo el mundo está enchufado desde el primer momento, porque el Depor apretará y mucho. Lo normal en esta ocasión es que haya importantes novedades en el once inicial. Con Kepa en la portería, lo normal es que De Marcos, Núñez, Laporte y Balenziaga le secunden en la labor defensiva, sin descartar la posibilidad de que Lekue repita en el flanco derecho. En la medular da la sensación de que Iturraspe y Rico pueden repetir, aunque San José tiene opciones de actuar del nuevo. En el resto de líneas parece que Susaeta tendrá su oportunidad por la izquierda, con Raúl García, Williams y Aduriz completando un equipo con trazas ofensivas.
De todos modos puede haber alguna alternativa más. Hay curiosidad por saber qué efectivos elige Ziganda para dar la vuelta de tuerca que hace unos días demandó Aduriz tras empatar ante el Villarreal. Precisamente ante el ‘submarino’ amarillo y por momentos ante el Hertha se vio cómo se puede desenvolver un Athletic de momento oscuro al que le salvan sus individualidades y su casta indesmayable. En algún momento tiene que llegar el juego convincente, si bien lo que prima ahora es ganar. A la vuelta de la esquina está el Real Madrid y unas navidades con rechinar de dientes nadie quiere. Y por abajo, todos aprietan