Méritos y carencias

Uno tiene la duda de cómo se debe calificar el empate que logró anoche el Athletic. Por un lado, está muy claro que, tal y como estaban las cosas tras el varapalo copero, cualquiera hubiera firmado a priori sumar un punto contra el cuadro merengue. Y no se puede negar que los leones se fajaron durante todo el encuentro para tratar de frenar al conjunto madridista. Pero no es menos cierto que, a pesar de que la recompensa puede ser valiosa en estos momentos, el choque de ayer volvió a mostrar algunas de las carencias que viene arrastrando en su fútbol el equipo entrenado por Ziganda. F ue un sufrimiento contemplar cómo, sobre todo en la segunda parte y cuando más se notaba el cansancio en sus piernas, a los jugadores del Athletic les costaba un montón enlazar dos o tres pases seguidos. Recuperaban el balón tras un gran esfuerzo para perderlo de forma inmediata y, así, el cuadro visitante tenía otra opción de volcarse en ataque. Los leones se empeñan muchas veces en recular tanto que acaban metidos en su área y ceden al rival demasiados metros de forma temeraria. Además, el miedo y la ansiedad hacen que los hombres de Kuko se precipiten y fallen pases fáciles. D e alguna forma quedó una sensación de que el partido terminó así más por demérito del Real Madrid que por los merecimientos del cuadro rojiblanco. Los delanteros blancos están bastante fallones de cara a puerta y ante el Athletic lo confirmaron al marrar varias acciones que olían a gol. Es cierto que el equipo bilbaíno también tuvo sus ocasiones de marcar, pero fueron más aisladas y durante muchos minutos dio la impresión de que los de Zidane podían abrir el marcador en cualquier momento