Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
El hombre tranquilo
Nada despista al portero de Ondarroa en su misión de proteger la meta de San Mamés
Kepa Arrizabalaga salió indemne de la visita del Real Madrid a San Mamés. Con su portería inmaculada. Unas veces por la sólida protección de su defensa, otras por la ayuda de la madera y otras, sobre todo en los minutos de mayor agobio, por sus buenas respuestas ante las ofensivas de Cristiano y compañía. El caso es que, sin la necesidad de lucirse con paradas tan brillantes como las que ha demostrado que es capaz de hacer, cumplió con su misión de guardar la meta de San Mamés. Nada ni nadie le despista en ese cometido. De ahí que Kuko Ziganda no tuviera que decirle nada antes de afrontar este partido. “Ni siquiera le pregunté cómo estaba, bastó con verle entrenar”.
Estaba en el foco desde mucho antes de que empezara a rodar el balón. La visita del equipo de Zidane a Bilbao, sin avances en su proceso de renovación, reactivó las informaciones que llegan desde Madrid sobre la intención de los blancos de hacerse con los servicios del joven guardameta de Ondarroa. Pero este, que aunque a veces cueste creerlo apenas tiene 23 años, soportó perfectamente la presión. Con la seguridad que tanto le ha caracterizado desde el mismo momento de su debut.
Se le vio muy centrado y metido en el partido desde el pitido inicial. Y eso que a los siete minutos ya se llevó un buen susto con el zurdazo de Benzema que se estrelló en la base del poste derecho de su portería. Kepa no pudo hacer más que seguir el balón con la mirada. Imposible llegar. Blocó sin problemas un par de disparos centrados de Cristiano y Kroos, antes de librarse de tres buenas ocasiones para los merengues. En el treinta, un durísimo zurdazo de Kroos desde la medialuna se fue por milímetros. En el 35, el portugués controló y chutó fuera también con la izquierda desde el vértice del área pequeña. Y a uno de del descanso, Núñez salvó el cabezazo de Varane en una jugada ensayada. Al inicio de la reanudación, volvió a recibir ayuda de un compañero en una situación comprometida. En esta ocasión, San José bloqueó el disparo de Kroos desde la frontal. Poco después, fue víctima de una falta de Carvajal en una salida de puños. Le venía de cara y quizás pudo ir a blocar. En cualquier caso, Mateu señaló la infracción.
La tensión en las inmediaciones del área bilbaína creció exponencialmente partir del minuto setenta, cuando Cristiano abrió fuego con un disparo que pegó en el palo por fuera. Kepa, eso sí, se había lanzado bien a cubrir el hueco. En el 76 repelió un trallazo de Marcelo. Casi de seguido sacó bien el puño para despejar un peligroso centro de Carvajal. Y en el 84 blocó con seguridad un cabezazo del crack luso. Con la expulsión de Ramos, la presión viajó hasta la portería contraria.
“Estamos remando todos”
El portero, como es lógico, fue uno de los protagonistas ante las cámaras de Movistar Partidazo por su especial situación. “Intento llevarlo con tranquilidad, con naturalidad, son cosas del fútbol. Cada año pasa con varios jugadores. Tratar de centrarme lo mío, de ayudar al equipo como hoy y seguir tirando para delante”, declaró, antes de afirmar que no se ha fijado ninguna fecha tope para decidir su futuro: “No, yo estoy tranquilo, sigo jugando, disfrutando en el campo, que es lo más importante. Con mis compañeros, todos juntos remando, el jueves tenemos también un partido muy importante y tenemos que juntarnos. Hay que tirar para arriba y necesitamos la ayuda de todos”
Blindó la portería con sus buenas acciones y la ayuda de su defensa y la madera