El problema no desaparece

Mrsic lo intenta con todas sus piezas, pero no logra cortar los latentes bajones de juego

Hay que probar, intentar cosas y sobre todo recuperar al equipo anímicamente. Las premisas siguen siendo las mismas que se plantearon tras perder el pasado domingo en el choque liguero tras el parón FIBA ante el San Pablo Burgos.

En el duelo de Limoges se volvieron a reproducir los males del pasado, pero al menos el croata trató de encontrar el camino a base de mover el banquillo. Nadie se quedó sentado los 40 minutos. Solo fue testimonial la entrada de Borja Mendia, que sobrepasó por poco los dos minutos en pista. Todos los demás contaron con algo de tiempo para reivindicarse.

Mrsic ha obtenido su primer logro. Los jugadores mostraron una mejor cara que ante el San Pablo, aunque ese carácter e intensidad, esa rabia contenida, no sobrepasó dos cuartos. El Bilbao Basket se acercó a un nivel competitivo más que aseado en el primer cuarto y en el tercero. Eso está bien, pero si tropiezas con estrépito en los otros dos no vale de nada.

Defensa en zona

La defensa, en varios momentos en forma de zona, funcionó a ratos. Se vio un Bilbao Basket serio en esa faceta del juego. La Mumbrú-dependencia también es evidente, pero sí que las buenas defensas sirvieron para armar buenos ataques.

Se echa en falta al Dejan Todorovic de principios de temporada. Sin el serbio se bajan muchos enteros ya que, la otra referencia, Lucio Redivo, sigue sin poder liberar el caudal de puntos que tiene. Ricardo Fischer está dejando una gran oportunidad de demostrar lo buen jugador que es. Sus aciertos siempre vienen acompañados por errores que quitan crédito al carioca. Salgado, el tercer base, fue el que tuvo que echarse al final el equipo a la espalda en los minutos que estuvo en pista.

Los problemas con los pívots también están lejos de solucionarse. Vucetic, tras lo visto ayer, se presenta como una opción más convincente que el recién llegado Thomas. El americano, cierto es, tampoco ha venido para salvar a nadie. Y de mientras, Gladness sigue sin aparecer. O no se le busca como debe, o no hace lo que tan buen rendimiento dio en el pasado.

Habrá que quedarse con lo bueno, que tampoco es mucho donde agarrarse, pero se tiene que confiar en que Mrsic será capaz de hacer mejor al Bilbao Basket durante más tiempo

Hubo un nivel competitivo más que aseado en el primer cuarto y en el tercero

FOTO: LIMOGES A ráfagas Los hombres de negro siguen dando una imagen preocupante a pesar de que por momentos se muestran competitivos