Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Poco caos y mucha inercia
El talent show de fútbol de Movistar+ ha perdido la espontaneidad del inicio
Ha vuelto a #Cero el reality futbolístico Caos FC, el programa donde Michael Robinson y Raúl Ruiz asumen el reto de intentar mejorar el rendimiento de los peores equipos de fútbol de España. Este lunes empezaron la cuarta temporada poniendo la lupa en el GMadrid Sport. Caos FC destacaba, como peculiaridad del equipo, que incluía a jugadores homosexuales. “Son un equipo de fútbol más allá de su condición sexual” afirmaba Raúl Ruiz. Faltaría más. Resultó un poco extraño, sobre todo por innecesario, el hecho de preguntar a algún jugador si era homosexual o heterosexual. En todo caso, en este sentido, la historia más relevante para alertar de la homofobia existente en el fútbol era la del entrenador, que explicaba cómo fue expulsado de otro equipo precisamente por ser gay.
A nivel televisivo, aunque el planteamiento de Caos FC sigue siendo una idea espléndida y es una fórmula de entretenimiento que encaja muy bien con la cadena, el formato está un poco apagado. Ha perdido la espontaneidad que tenía en sus inicios. Si bien en las primeras ediciones te creías el rol de Robinson y Ruiz, se apreciaba cierta implicación en su labor y transmitía ímpetu, ahora Caos FC es mucho más frío. Ha desaparecido el clima que debe tener un talent show en la evolución del aprendizaje. Ahora se ha convertido en un puzzle de fragmentos unidos que se ajustan a la estructura clásica del formato: supervisión general para conocer al grupo, historias personales individuales, ejercicios de aprendizaje irrelevantes, encuentro con el grupo humano fuera del campo y partido final. Pero estos fragmentos parecen incluso desconectados entre ellos. Y no hay en absoluto la sensación de transmisión de conocimientos, de progreso en el aprendizaje, de implicación en el proyecto. No pasa nada. Ya no es reality: son grabaciones. En el debut del programa, Michael Robinson y Raúl Ruiz parecían divertirse. Ahora parecen cumplir con el programa de rodaje, pero el feeling entre el equipo y los presentadores es forzado.
Caos FC ha perdido el alma que tenía en sus inicios, y en el fútbol, cuando se pierde la pasión, llega la inercia y el aburrimiento