Mundo Deportivo (Bizkaia-Araba)
Kepa no evita el gol por la escuadra
“Tristeza o no sé qué me produce que la inocentada del día sea la renovación del de Ondarroa”. Este mensaje de un amigo me llegó el pasado jueves, 28 de diciembre, vía WhatsApp. Un episodio más del interminable culebrón Kepa Arrizabalaga, aunque este se supone que en una pretendida clave de humor.
Gracia, lo que se dice gracia, tiene ya más bien poca este largo y desesperante asunto. La broma del Día de los Inocentes años atrás hubiese sido que el jugador del Athletic de turno, el portero u otro cualquiera de los titulares habituales, había firmado por el Real Madrid. Algunos se hubiesen llevado un susto de muerte, a otros les hubiese hecho gracia incluso y la mayoría se hubiese percatado a la primera de la fecha en la que nos encontrábamos.
Ahora, no. Ahora lo teóricamente gracioso, lo que tiene chispa y gancho, es que Kepa renueva con el Athletic. Un hecho puntual que no debe quedar en anécdota, sino al contrario. El club rojiblanco, centenario y con una filosofía prácticamente única en el mundo del fútbol, está en la encrucijada. No parece un asunto, por tanto, para tomárselo a broma.
La comparecencia de Urrutia del pasado martes arrojó cierta luz sobre este oscuro asunto. La entidad de Ibaigane, a tenor de las palabras de su presidente, acepta todas las condiciones que ha puesto el portero de Ondarroa sobre la mesa para prolongar su contrato como león. La versión del guardameta, visto lo visto, mañana.
Llegados a este punto habrá que concluir que todo queda a expensas de las dos premisas a las que apela siempre el máximo mandatario del club bilbaíno cuando uno de estos casos más o menos mediáticos golpea sobre las puertas de Lezama: que alguien ponga el importe de la cláusula sobre la mesa y que el jugador quiera marcharse. Seguimos a la espera.
El daño está hecho
Suceda lo que suceda finalmente, el daño ya está hecho. Tras meses y meses de dimes y diretes, la sensación de que el Madrid va acabar haciéndose con los servicios del cotizado portero rojiblanco ha traspasado la frontera del rumor y la especulación. Si la noticia de la marcha de Kepa se confirma, el gol al trabajo de cantera de Lezama habrá sido por toda la escuadra. Mal y preocupante precedente, sin duda.
No se trata hora de buscar culpables a esta más que posible fuga, sino de encontrar soluciones para que algo así, caso de producirse, no vuelva a repetirse. Llueve sobre mojado además porque de unos años a esta parte hemos asistido a las salidas de Javi Martínez vía Bayern Munich, de Llorente a la Juventus y de Ander Herrera al Manchester United. La de Amorebieta no la incluiría en este apartado porque al ahora central del Independiente de Avellaneda se le retiró la oferta de renovación desde Ibaigane.
Los tiempos cambian y muchos jugadores jóvenes de ahora, profesionales y amateurs, parecen moverse por parámetros que poco o nada tienen que ver con el romanticismo en el fútbol. El Athletic, como decía unas líneas atrás, está en la encrucijada. Son malos tiempos para la lírica